Escribe: Luis Hernando Granada C.*.-
Gustavo Petro, el “monstruo” que nos “gobierna”, es una mezcla letal entre payaso, psicópata y genocida, pero para entenderlo mejor, desglosemos primero los términos para acertar en la realidad: Un payaso es, un “artista” de circo, generalmente caracterizado de modo extravagante, que hace reír con su aspecto, sus actos, dichos y gestos.
De otra parte, un Psicópata es una persona con un trastorno de personalidad caracterizado por la falta de empatía, remordimientos y escrúpulos, junto con un egocentrismo marcado, impulsividad, comportamiento manipulador y una tendencia a la explotación de otros. Estas conductas a menudo llevan a la transgresión de normas sociales y pueden involucrar engaño, mentiras y, en casos extremos, violencia. Entre sus más destacadas características podemos encontrar: Falta de empatía, incapacidad para comprender o compartir los sentimientos de los demás, ausencia de remordimientos, pero, además, no sienten culpa ni arrepentimiento por sus actos, incluso cuando dañan a otros; egocentrismo, manipulación, uso de engaño e ingenio para manipular a otras personas para su propio beneficio, impulsividad, conducta irresponsable y falta de planificación a largo plazo y evasión de la responsabilidad porque no se hacen responsables de sus acciones. En medio de estos trastornos, el Psicópata padece de engrandecimiento personal y se lo toman a sí mismos muy en serio.
Finalmente, vale la pena evaluar qué significa la palabra “genocida”: El término se aplica a un sujeto que comete actos con la intención de destruir, de manera total o parcial, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, a nivel global o individual. Es, en otras palabras, un verdadero asesino.
Eso es realmente Gustavo Petro, una mezcla entre payaso, psicópata y genocida. Y lo que más se destaca de él, no son sus obras sino su prontuario delictivo que inició cuando apenas tenía 17 años. Su paso por la alcaldía de Bogotá fue nefasto: No hubo Metro, no construyó ni los 100 comedores comunitarios ni menos las 100 universidades; no solucionó ningún tipo de problema social ni realizó una sola obra de beneficio para Bogotá. Sin embargo, sí consiguió el dinero y los mamertos necesarios para comprar la presidencia de Colombia, cargo en el cual lleva ya más de tres años, fomentando la delincuencia y buscando la manera de entregarle el país a la mafia transnacional comunista/socialista, tal como lo afirmé en mi libro “La gran farsa de la izquierda”.
Todas sus reformas han sido nefastas y criminales, pero de ellas me ocuparé en próximas actualizaciones, porque la nota de actualidad, el chiste o la parodia más reciente, es la relacionada con el tema de la lechona tolimense, con el cual hizo gala en la Feria de Osaka, en el Japón.
El psicópata genocida dijo en su cuenta de X, –desde la cual “gobierna” –: “Sería más exitoso que McDonald’s”. Habló –en primer lugar– de que habían vendido 10 millones de toneladas del alimento hecho con cerdo y cuyo origen es el departamento del Tolima. Para Petro –en medio de su mitomanía–, fueron “10 millones de toneladas”, pero en realidad, según fuentes y medios internacionales, solo se han comercializado 10 toneladas. Esta evidente disparidad, al igual que otros balances que causó con su primer y –por lo visto– prematuro balance, dio pie a sus críticos para que cuestionaran las matemáticas que utiliza el “presidente” para medir sus éxitos.
Con mucha razón algunos inquietos opositores dijeron que las “10 millones de toneladas de lechona”, se prepararon con los 10 millones de marranos que votaron por él.
Nunca ha sido raro comprobar que las cifras de Petro, queriendo mostrar resultados positivos, son exageradas: “Han entrado 1´300.000 personas al estand, se han vendido 700 clases diferentes de productos colombianos; solo en uno: los aguacates, vendimos 11 millones de dólares, en la ronda de negocios de hace dos días, se vendieron 35 millones de dólares”, dijo Petro en su mensaje de X, en el que también exageró en el ingreso de visitantes al pabellón, que en realidad sería de 1´300.000; un evidente error de tipeo del que no se sabe si fue a propósito.
Es válido destacar que según cifras compartidas por Mc Donald’s, al término del 2024, la cadena americana contaba con más de 43.400 locales en cerca de 100 países de todo el planeta y generó $8.469 millones de dólares en beneficio neto al término del 2023; siendo uno de los negocios más rentables; y la multinacional de comida rápida más grande de la historia. Un balance que, de acuerdo con Petro, se repetiría con las apetitosas lechonas.
Aterrizando en la realidad, si se vendieran 10 millones de toneladas del plato en el mundo, representaría, ni más ni menos, que el 44% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, según puso en evidencia el economista Germán Ricaurte. De ahí que pusieron en duda, incluso, los estudios universitarios de Petro: graduado de economista de la Universidad Externado de Colombia.
Y es que realmente, a Petro no se le puede creer nada; dentro de ese monstruo hay un payaso, psicópata y genocida y todo es fácil de demostrar a través de sus criminales reformas con las cuales atenta contra la economía y el crecimiento de un país que lo tiene todo, pero que Petro ha venido saqueando para enriquecerse mientras habla de equidad.
Espere: Análisis de las reformas del pacto diabólico.
* Luis Hernando Granada C., Periodista, Publicista con más de 50 años de experiencia. Ex subdirector de la Revista El Congreso, ex Director y colaborador de varios medios de comunicación escritos, impresos y digitales. Autor de la Novela “El Imperio del terror” y de los libros “¿Y cómo es la vuelta?” y “La gran farsa de la izquierda” y Gestor Cultural del Tolima.
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