América Latina va camino a cerrar 2025 con un crecimiento moderado, en un entorno global que se torna más desafiante para las economías emergentes. A pesar de un inicio de año mejor al anticipado en algunos grandes países de la región, las condiciones externas comienzan a pesar sobre el dinamismo económico, en particular por los efectos de la política comercial estadounidense, el endurecimiento fiscal y la incertidumbre geopolítica.
Según el World Economic Outlook, publicado el martes anterior por el Fondo Monetario Internacional (FMI), “el crecimiento para el grupo de economías de mercados emergentes excluyendo China fue más fuerte de lo esperado en la primera mitad de 2025”. Esto se debió, en parte, a una producción agrícola récord en Brasil, una expansión robusta del sector servicios en India y una demanda interna resiliente en Turquía.
En el caso específico de América Latina y el Caribe, el FMI estima que el crecimiento será de 2,4% en 2025 y de 2,3% en 2026, nos cuenta Carlos Rodríguez, editor de Mercados de Bloomberg Línea.
Estas cifras representan una ligera mejora respecto al informe de julio, pero confirman que la región no logra recuperar el dinamismo prepandémico.
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