Escribe: Luis Hernando Granada C.*.-
Siempre he sostenido –y así lo consigné en mi libro “La gran farsa de la izquierda–, que la derecha es corrupta, pero también, hago la salvedad que la izquierda, aparte de ser corrupta, es criminal y la psicopatía y el genocidio van de la mano, cuando logran, con mentiras y populismo, llegar al poder.
Lo que está sucediendo hoy en Colombia, el saqueo, las masacres, el autoritarismo, la falsedad y otros vejámenes, también los había consignado en mi obra, a pesar de que aún Petro y sus criminales secuaces no habían iniciado su “campaña”. Pero la historia no miente y los ejemplos sobre la criminalidad de la izquierda, son evidentes.
Y junto a lo anterior, también he sostenido –no solo en mi libro sino en mis notas editoriales–, que Colombia es un país inmensamente rico, aún hoy, a pesar del saqueo de que está siendo objeto por parte de la izquierda y el autoritarismo que nos gobierna, porque por donde quiera que se le mire, nuestro país tiene de todo: ganado, agricultura, excelentes y abundantes fuentes hídricas, gas, petróleo y un sinnúmero de minerales y recursos más, que hoy en día están siendo saqueados por la mafia transnacional comunista/socialista que en Colombia representa Petro.
Sin embargo, desde que llegó –con mentiras al poder–, solo se habla de carencia de dinero y de amenazas en su contra. Pero es tan falso lo uno como lo otro. Sus reformas son criminales; su “paz” no es más que un sofisma de distracción porque el psicópata jamás atacará de frente y con rigor a los narcoguerrilleros, porque con ellos está armando sus “colectivos petristas”. ¿Quién dijo que a un psicópata le interesa la paz?
Por estas calendas se está afirmando, ante la caída de sus petro-reformas, que el dinero no alcanza. Resultan raras y acomodadas estas palabras porque salud no hay pues hay deudas con hospitales, EPS, IPS y surtidores de medicamentos; la educación gratuita no fue más que un engaño en el cual cayeron los mamertos que hoy se encuentran arrepentidos de haberle ayudado a “alcanzar” el poder; la inseguridad y las masacres se han venido incrementando porque las Fuerzas Armadas fueron diezmadas, justamente para darle más poder a la delincuencia; no hay presupuesto para la educación, a raíz de haber acabado con el Icetex; pero tampoco habrá vivienda de interés social; no hay presupuesto para nada, pero Colombia no tiene realmente un “hueco fiscal”, aunque sí es evidente un despilfarro inmisericorde.
¿Dónde está el dinero de los colombianos?
En las arcas del psicópata; veamos: Junto con la “señora” Rancia Márquez, se creó el Ministerio de la Igualdad y la Equidad, con un presupuesto de $12.4 billones. A julio de 2024, se han “comprometido” $9.7 billones, lo que representa un 87% de los compromisos, pero solo se han obligado $4.7 billones, lo que corresponde al 41,4% de ejecución de los recursos. Es decir, que a pesar de que es un ministerio innecesario y obsoleto, se han asignado sumas, pero no se han ejecutado obras, porque de este ministerio, no se conoce un solo proyecto de ley.
Vale la pena tener en cuenta, que, en este “ministerio”, hay un promedio de 705 “funcionarios” y que los salarios de dichos funcionarios de este bodrio anticonstitucional dependen del grado que ocupen: Grado 1: El salario de un directivo es de $4.169.929 y el de un profesional es de $2.457.013 mensuales, teniendo en cuenta que, con estas sumas, solo se están comprando votos para la reelección del psicópata. Son casi 13 billones (con b) que se esfuman y sin dejar huella.
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) –creada por el camarada Chucky Santos–, para indultar delincuentes y darles status político, tiene una partida presupuestal de $690.091.775.282 para el periodo fiscal 2024 y algunos de los rangos salariales de los funcionarios de la JEP son: Fiscal de apoyo: $10.685.364,00, Investigador experto: $11.118.038,00, Magistrado auxiliar: $15.062.204.00. Increíble lo que le cuesta a los colombianos la impunidad en Colombia.
Y si de verdad, se trata de cubrir el mal llamado “hueco fiscal”… ¿por qué no se recurre al recorte del funcionamiento del Estado y a la reducción del salario oneroso de los congresistas?… ¿Todos ponen o solamente el pueblo es el que tiene que aportar para sostener a los parásitos del gobierno?… Veamos algunas preguntas interesantes con sus cifras: ¿Cuánto gana mensualmente un senador?… ¿Cuántos congresistas hay en Colombia? La Cámara de Representantes constituye parte de la rama legislativa del estado; es un organismo integrado por 172 legisladores, llamados “honorables” Representantes a la Cámara. En total está conformado por 108 Senadores y 188 Representantes para un total de 296 sombríos personajes. El artículo 114 de la Constitución de Colombia de 1991 proclama al Congreso como el máximo órgano representativo del poder legislativo. Falso; demasiado falso porque ellos, los “parásitos” del Congreso no legislan para el pueblo porque solo “trabajan” para su propio beneficio, dedicándose, además, a atacar a sus opositores, es decir, no hay vocación de servicio. Sin embargo, mal contados y aparte de “patitas” se apoderan de un promedio de 14.800´000.000 mensuales. Demasiado dinero y gran despilfarro si tenemos en cuenta que solo dos congresistas por cada departamento son más que suficientes porque las regiones siguen abandonadas. Esto me permite reiterar que no hay “hueco fiscal” sino despilfarro por parte el “gobierno” mas corrupto que ha tenido Colombia.
Pobrecitos los indiecitos
Valdría la pena hablar de los indígenas y lógicamente del despilfarro que ellos ocasionan: No hay cifras concretas de los últimos dos años porque el pecado hay que ocultarlo y las heces se deben tapar, y en eso son expertos los “izmierdistas”. No obstante, en la vigencia 2020, para las comunidades indígenas se programó, en el trazador presupuestal, un total de recursos por la suma de $38.300´952.000. Con corte a 29 de enero se han asigna do $6.301´440.000, suma que por lo general no beneficia al indio raso porque el dinero se queda en poder de los capos, gobernadores y máximos caciques que los dilapidan en licor, fufurufas y excentricidades de todo nivel.
Aun así y a pesar de que tienen en su poder más de 38´000.000 hectáreas de tierra, no solo siguen pidiendo más, sino que gozan de otros privilegios. La “propiedad colectiva de los resguardos indígenas” representa aproximadamente el 46% del bosque natural en Colombia, determinante para la protección y provisión de agua de las ciudades y la producción agrícola en la región andina, así como la conservación de áreas de gran valor natural y para la provisión de agua. Suena bonito… ¿Cierto?
Aparte de lo anterior, se habla –solo en el papel–, de los valores de los indígenas, que según –el mismo papel–, consiste en el compromiso de cuidar de la Madre Tierra; respetar los mayores y los niños; desplegar una profunda espiritualidad y establecer la conexión con el Universo; el sentido comunitario de la vida, pero nada de esto se cumple. Los indígenas no cuidan la Madre Tierra, pero sí cuidan los cultivos de coca, no solo los propios sino los de los grandes narcotraficantes; tampoco respetan ni a los mayores y menos los niños; ya en la mayoría no existe la espiritualidad ni establecen la conexión con el Universo; nada de esto se cumple.
Y no se cumple porque el indígena raso está sometido por las mafias integradas por sus propios capos o jefes que los obligan por orden del gobernante de turno, a viajar a las ciudades a causar desmanes, bloqueos, ataques a los civiles y protestas, tratando de defender lo indefendible.
Y los viáticos del “presidente” y sus secuaces
Son onerosos, escandalosos, imperdonables, injustificables; solo en su primer año, viajó 600 veces y se habría gastado más de 20.000 millones de pesos y sin justificación alguna, porque en la mayoría de los casos, no cumple con la agenda.
Veamos algunos pocos datos: El viernes 13 de octubre se confirmó una salida del “presidente”, con destino a México a una cumbre sobre el flujo de migrantes;
En este sentido, la concejala bogotana Diana Diago, a través de un derecho de petición, solicitó al ministerio de Defensa una lista detallada de los viajes del jefe de Estado y un desglose de lo que han costado, pero solo se conoció que, “Gustavo Petro se ha gastado más de 21.000 millones de pesos en viajes en los que nos deja en ridículo y ni siquiera cumple con la agenda. Mientras tanto, los colombianos sufriendo el costo de la inflación y la reforma tributaria”.
De acuerdo con la información recibida por la concejala, a 14 de octubre de 2023, Gustavo Petro ha viajado 659 veces a destinos nacionales e internacionales.
La concejala Diago hizo énfasis en los viajes internacionales que ha hecho Petro que, a corte de agosto del 2023, fueron 23. Es decir, casi dos viajes por mes desde que se posesionó. La cabildante indicó que las salidas a otros países del “presidente” de Colombia le han costado al país 12.500 millones de pesos. “12.500 millones de pesos nos ha costado a los colombianos los viajes internacionales del presidente Petro (…) Mientras Petro y Francia Márquez se dedican a pasear en avión y en helicóptero, el país está cada vez más inseguro, las mafias y la corrupción han permeado el gobierno”, agregó la concejala a través de sus redes sociales
¿Qué fue a hacer Gustavo Petro en México? El 22 de octubre se llevó a cabo la cumbre: Por una vecindad fraterna y con bienestar en México, un encuentro internacional en el que participaron Ecuador, Colombia, El Salvador, Honduras, Belice, Venezuela, Haití, Cuba, Costa Rica, Panamá y Guatemala; países afectados por la crisis migratoria que parte desde el Tapón del Darién en Sudamérica, hasta la frontera entre México y Estados Unidos en Norteamérica.
Después de este viaje, Gustavo Petro viajó a China el 25 de octubre para reunirse con el mandatario Xi Jinping y “tratar temas comerciales” , según ellos, pero aunque se habló de exportaciones de algunos productos colombianos, el interés de los dos psicópatas y dictadores era la planificación del futuro dentro de la mafia transnacional comunista/socialista.
Muchas millas por el aire, demasiados kilómetros por tierra e incluso no pocas millas por agua en viajes –la mayoría de ellos innecesarios e inconvenientes para el país–, marcan el itinerario del despilfarro.
El pasado 7 de agosto se cumplieron dos años de mandato del “presidente” Gustavo Petro y uno de los aspectos que más ha destacado es su “agenda” internacional.
Durante estos dos años, el psicópata ha realizado 46 viajes al exterior, abandonando su “gestión” por más de 100 días fuera del país. A Estados Unidos visitó seis ciudades, entre ellas: Washington, Nueva York y San Francisco. Otro destino fue Venezuela, con cinco visitas para reuniones con el dictador y secuas comunista de dicho país.
Comparado con Iván Duque, éste solo realizó en cuatro años, un total de 48 viajes al exterior, principalmente a Estados Unidos, con 13 visitas a ciudades como Miami, Houston, Washington y Nueva York.
Comparado igualmente con Juan Manuel Santos –alias Chucky o comandante Santiago–, éste salió 56 veces del país en su segundo periodo, visitando principalmente Europa y no propiamente con agenda oficial sino en ciudades vacacionales como Madrid, Lisboa, París y Londres.
Hay que anotar que los viajes de Petro, han sido para asistir a cumbres internacionales y encuentros principalmente con personajes que forman parte del comunismo, el socialismo, el progresismo o como le quieran llamar y nadie, absolutamente nadie, ha podido precisar los billones de pesos que Petro ha despilfarrado.
Aparentemente, es posible que exista un “hueco fiscal”, pero no eso no es más que un sofisma de distracción, una cortina de humo, no solo para disfrazar la verdad, tapar las heces propias y las de sus aliaos y funcionarios, sino, además, para victimizarse mientras trabaja su reelección.
¿Y la solución cuál sería para evitar más desmanes?
Es sencillo; se deben tomar medidas, y estas deben ser drásticas si queremos salvar el país:
Primero: Exigirle al Congreso de la República que legisle para el pueblo y no para el psicópata, porque aprobar las criminales reformas de Petro es ir en contravía del pueblo que los eligió.
Segundo: Exigirle al mismo Congreso o a quien corresponda, que aparezcan las caletas de los narcoterroristas, dinero que no ha querido tocar Petro porque él es uno de sus beneficiarios, y además, porque con estos grupos subversivos, ya está organizando sus “colectivos petristas”.
Tercero: Vender los bienes incautados dentro del llamado extinción de dominio, para indemnizar realmente a las víctimas, porque de momento, muchos de estos bienes están en poder de terceras personas que los explotan y con cuyos dineros le cobran al psicópata determinados favores.
Cuarto: Eliminar el bodrio del Ministerio de la Igualdad que solo genera gastos innecesarios. A cambio se podría crear el Ministerio del mar porque a nuestros océanos llegan barcos extranjeros –principalmente chinos–, a saquear nuestras aguas y llevarse sus productos, mientras los pueblos ribereños o aledaños a las costas, aguantan hambre.
Quinto: Reducir –o preferiblemente eliminar–, la publicidad engañosa que el psicópata reparte generosamente a los medios arrodillados que le hacen el juego a su macabra “podrítica”. ¿Por qué publicidad engañosa? Porque la tierra no se la están adjudicando a los verdaderos campesinos sino a guerrilleros supuestamente desmovilizados; lo comprobé en Guarinosito, Caldas; Rionegro Antioquia y Miranda Cauca. Estos supuestos desmovilizados, no trabajan dichas tierras, pero sí las arriendan sin documentos de ninguna naturaleza.
Sexto: Exigirle al Congreso, la recuperación de Ecopetrol y el suministro tanto de petróleo como de gas, porque Colombia tiene reservas hasta el 2030, pero en medio de sus criminales acciones, quiere importar gas venezolano para ayudar a su colega y también dictador Nicolás Maduro.
Séptimo: Perderle el miedo al psicópata porque Petro no es más que un empleado de los colombianos; un “hombre” al cual le encanta el poder, pero de manejo y gerencia, parece que estudió también en la San Marino.
* Luis Hernando Granada C. Periodista y Publicista con más de 50 años de experiencia, Exsubdirector de la Revista El Congreso, Fundador y propietario de www.visiontolima.com colaborador de varios medios digitales e impresos y autor de la novela “El Imperio del terror” y los libros “¿Y cómo es la vuelta”? y “La gran farsa de la izquierda” y Gestor Cultural del Tolima.
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