Escribe: Gabriela Moreno*.-
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, celebra luego de conocer los resultados electorales el pasado domingo 13 de abril.
La presión en lo relacionado con mayor eficiencia crece sobre el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, tras su continuidad que renueva los retos en el poder.
El mandato de Daniel Noboa en Ecuador ya no será acotado. Su estadía de quince meses en la Presidencia –para completar el periodo de Guillermo Lasso– terminó con la mayoría del país apostando en el balotaje del domingo 13 de abril por su continuidad hasta 2029 en el Palacio de Carondelet. La confianza de los votantes le impone retos, entre ellos, contener a la criminalidad nuevamente desbordada pese al Estado de Excepción, mejorar la economía caída en recesión y recuperar la confianza de la comunidad internacional en su administración.
Equivocarse o fallar le saldría caro a Noboa. Sobre él pesa el resurgimiento de la nación luego de casi dos décadas de correísmo. Un paso en falso y la oposición tomaría oxígeno, a pesar de que su abanderada, Luisa González, perdiera por más de un millón de votos los comicios con los cuales pretendían volver al poder.
Noboa tiene condiciones a favor para cumplir con los retos. Esta vez, su victoria fue mayor a la obtenida en las elecciones anticipadas de 2023, cita donde alcanzó el 51,83% de las boletas, mientras que González sumó el 48,17%. En un año la brecha creció. La diferencia de 371.164 que los separó se triplicó al cerrar con 1.165.146 votos a favor de Noboa, una tendencia irreversible que lo mantendrá en el Ejecutivo con el 55,65% de los votos, dejando a su rival frustrada con el 44,35% del escrutinio.
Respaldo con retos
El respaldo de los ecuatorianos es indiscutible. Noboa ganó en 19 de las 24 provincias del país y en algunas de ellas como Chimborazo, Morona Santiago, Napo, Pastaza, Tungurahua y Zamora Chinchipe, contabilizó el 70% de los votos. Un escenario similar se repitió en las provincias de Azuay, Bolívar, Cañar, Carchi, Cotopaxi, Loja, Pichincha y Galápagos, en las cuales logró el 60%, mientras en El Oro, Guayas, Imbabura, y Orellana, obtuvo más del 50% de los votos. Sin embargo, las tendencias lo obligan a satisfacer la demandas de las calles.
1. Frenar a la crisis de inseguridad: La presión por mayor eficiencia sobre Noboa aumenta ante su promesa de combatir la criminalidad que reporta más de 2.200 asesinatos desde que comenzó el año, una cifra equivalente a un homicidio por hora. La estadística empaña la reducción de la tasa de homicidios que pasó de 47 por cada 100.000 habitantes en el 2023 a 38 en el 2024 desde su ascenso.
La violencia que también incluye un alza de 35% de los delitos de extorsión y secuestro en los últimos cuatro meses, conllevó ala renovación del decreto de Estado de Excepción –por dos meses– en las provincias del Guayas, Los Ríos, Manabí, Orellana, Santa Elena, El Oro y Sucumbíos. La medida también rige para el Distrito Metropolitano de Quito (provincia de Pichincha) y el municipio Camilo Ponce Enríquez (provincia del Azuay).
Bajo esta disposición se suspende el derecho a la inviolabilidad de domicilio y de correspondencia, y ordena el toque de queda en 22 municipios desde las 22:00 horas hasta las 05:00 de la mañana.
2. Desempleo y pobreza: Uno de los mayores desafíos de Noboa es mejorar las condiciones sociales en Ecuador, donde el 28% de la población vive en pobreza y la tasa de desempleo y subempleo alcanza cerca del 23%.
El panorama es complejo. Un informe del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) revela que el número de ecuatorianos sobreviviendo entre la informalidad y desempleo pasó de 5.436.631 a 5.710.055. Además, el ente señala que la informalidad, el desempleo y la precarización laboral creció 5%, lo que representó 273.424 ecuatorianos más sin una fuente de ingresos formal, ni seguridad social.
A ello se agrega que 4.150.866 de los ecuatorianos con algún empleo gana menos de 368 dólares mensuales y menos de 12,28 al día. La situación para el presidente es tensa considerando que la deuda pública se elevó a 57% del PBI y para este año se prevé un decrecimiento y un déficit fiscal que supera los 3.500 millones de dólares.
3. Diplomacia a reconstrucción: La política exterior de Noboa desde ahora será uno de sus mayores retos luego del impacto internacional por el arresto del exvicepresidente correísta Jorge Glas, en la embajada de México de Quito, país que le había otorgado el asilo y en cuya sede diplomática permanecía en refugio.
Nueve gobiernos, entre ellos Brasil, Chile y Colombia, condenaron el hecho. En el caso de México y Nicaragua, las relaciones cayeron en el limbo. Recomponer la imagen de Ecuador ante la comunidad internacional se vuelve imperativo para evitar el aislamiento. Una estrategia idónea sería propiciar el diálogo, la búsqueda de mediaciones multilaterales y la definición de protocolos que favorezcan el fortalecimiento de la institucionalidad.
* Gabriela Moreno, Periodista venezolana residenciada en Chile. Egresada de la Universidad del Zulia. Experiencia como editora y productora de contenidos para medios impresos y digitales con énfasis en las fuentes de política e internacional.
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