Escribe: Marcelo Duclos*.-
Pedro Brieger reconoció lo que hizo, pero dijo que esa persona ya no existe. Un caradura total. (X)
El periodista kirchnerista Pedro Brieger pidió disculpas y reconoció que durante años acosó sexualmente a varias mujeres. Sin embargo, volvió a evidenciar la perversión y la hipocresía del falso progresismo.
Ya no es necesaria la formalidad de anteponerle el “supuesto” al abusador Pedro Brieger. Él mismo reconoció con un video publicado en sus redes sociales que la veintena de mujeres que lo acusaron públicamente dicen la verdad. Claro que si 19 personas se animaron a decir lo que padecieron, lo más probable es que el número real de víctimas sea un tanto más abultado.
Como lo dicta la lógica, además de reconocer todo, pidió disculpas. Aseveró que se ponía a “disposición” de las colegas que padecieron sus acosos sexuales, pero evitó en todo momento decir que también se ponía “a disposición de la justicia”. Cuando el caso explotó y llegó a la opinión pública, desde los sectores feministas de izquierda, afines al kirchnerismo como Brieger, coincidieron que era necesaria una “disculpa”.
En el marco legal actual, el acoso está más cerca de la figura de la contravención que del delito. Sin embargo, Brieger podría haber sido denunciado por “exhibiciones obscenas”. Esto se debe a que, de acuerdo con el testimonio de sus alumnas y colegas, su modus operandi incluía esperarlas en una habitación de hotel durante alguna gira con una excusa laboral. Allí las recibía masturbándose. Es necesario determinar si estos casos concretos, que habrían comenzado en la década del noventa, ya prescribieron judicialmente.
Pero, más allá de las consecuencias legales que Brieger evitó siquiera mencionar, bien vale reparar en su hipócrita pedido de disculpas. Lo de hipócrita no es una opinión, ya que el periodista que lo denunció, publicó los chats que tuvieron lugar en marzo de este año, en los que el comunicador kirchnerista, no sólo negaba todo, sino que lo amenazaba a él con una demanda civil por daños y perjuicios a su imagen pública.
En su descargo, Brieger replicó que estas cuestiones sucedieron hace mucho tiempo, que hizo un tratamiento para solucionar su problema y que él ya no es la misma persona. Bueno, al menos hasta marzo, cuando se mostró intimidante y negando todo, era bastante parecido al personaje acosador que un grupo de periodistas argentinas dejó en evidencia.
El video de disculpas generó indignación en las redes sociales. Es que, Brieger, se animó a articular un pedido de disculpas indignante. Básicamente, dijo que “esa persona”, ya no existe. Planteó un antes y un después de un supuesto “extenso tratamiento” y aseguró que, en la actualidad, él ya no es así. Como si hubiera muerto y reencarnado, diluyendo la responsabilidad en un antecesor exógeno a su persona. Parece que la negación y la falta de autocrítica real es más fuerte que él.
Luego de plantear ese antes y después, responsabilizando a su versión anterior “ya fallecido”, Brieger propuso que se acepte su “ayuda”, para que estos casos no vuelvan a repetirse. Como frutilla de torta y broche de oro, comentó que pensaba trabajar para que se terminen los pactos de impunidad de los “hombres”, en términos generales.
O sea, básicamente, dijo que el acosador ya no está más y se volvió a disfrazar de feminista, como en los viejos tiempos, para colectivizar su degeneración en todos los hombres del mundo. Como si algo tuviésemos que ver los demás varones con su comportamiento inmundo y repulsivo.
Aunque es evidente que los hombres que no incurrimos en estas nefastas prácticas no tenemos porqué ser señalados, siempre es pertinente evidenciar a estos degenerados, que aprovechan estos colectivos imaginarios, no sólo para imponer su agenda política, sino también para echarnos culpas ajenas.
* Marcelo Duclos, nació en Buenos Aires en 1981, estudió periodismo en TEA y cursó la maestría de Ciencias Políticas y Economía en Eseade. Excolumnista de opinión invitado de Perfil, Infobae, entre otros medios. Fue productor de POP Radio y encargado de noticias, docente de Estructura Económica Mundial y responsable de comunicación de la F. Naumann entre 2010 y 2022. Aficionado a la gastronomía, el mundo del vino y actualmente estudiante de sommelier. Músico y coleccionista de Queen.
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