Escribe: Saúl Hernández Bolívar*.-
Los vándalos de la primera línea, las guardias indígenas, los sindicalizados, los funcionarios públicos y muchos vagos, siempre estarán listos para sus criminales planes de incendiar el país.
Ya está claro que Petro no quería esta consulta para darles ‘derechos’ a los trabajadores, sino para empezar campaña hacia las presidenciales del 2026.
Ante el rechazo del Senado contra su consulta populista, la respuesta ha sido llamar a sus huestes a las calles para hacer un paro nacional.
Petro no ha dejado de ser un guerrillero y jamás será un estadista. Ante el rechazo del Senado contra su consulta populista, su respuesta ha sido la de cantar un fraude inexistente y llamar a sus huestes a incendiar el país por medio de un paro nacional que tendría como fin extorsionar a las instituciones para que hagan lo que a él le provoque: ya le pidió al Senado repetir la votación; ya anunció que radicará nuevamente la consulta añadiendo una pregunta sobre el tema de la salud; y ya está realizando sus cabildos abiertos en todos los municipios del país para gobernar a sus anchas justificándose en el pueblo; una democracia tumultuaria que lo convertiría en presidente eterno sin que pueda hacerse nada que no sea un enfrentamiento en las calles.
Tal vez, eso buscaba, porque fue su propia gente la que condujo a la caída de la consulta. La senadora Martha Peralta estaba en el salón de belleza mientras en el Capitolio se llevaba a cabo la votación más importante de la legislatura. Dicen que molesta con el gobierno porque la ha dejado sola ahora que está a punto de ser procesada en el tema de la corrupción en la UNGRD y los carrotanques para La Guajira. Además, por otro escándalo que tiene que ver con las ollas comunitarias en ese departamento. En verdad, la justicia con ella se ha demorado, estando tan untada como los presidentes de Senado y Cámara, que ya están tras los barrotes por las coimas que les enviaron desde la Casa de Nariño.
También faltaron los votos de Richard Fuelantala, uno de los que llegaron al Senado con esas curules regaladas de la ‘circunscripción de paz’, y de Angélica Lozano, la esposa de Claudia López, quien vive un tira y afloje permanente con Petro para definir si es su sucesora o su contrincante.
Tiene que estar muy bravo ese truhan de Armando Benedetti tras perder una votación en que se debe haber movido plata como nunca antes, que es la única forma en la que este gGobierno puede convencer a los parlamentarios de las inexistentes bondades de sus proyectos, pero como se dijo atrás, tal vez eso era lo que quería el primer mandatario para radicalizarse por completo y saltarse todas las normas democráticas precisamente desde ahora, a un año exacto de los comicios presidenciales, que a estas alturas no sabemos si se harán.
Ya está claro que Petro no quería esta consulta para darles ‘derechos’ a los trabajadores sino para empezar campaña hacia las presidenciales del 2026, y eso es precisamente lo que va a hacer, bien sea mediante los cabildos abiertos o promoviendo una huelga general. El presidente está encerrado en sus fantasías porque el cabildo abierto está ideado para debatir temas locales, básicamente, y de ninguna manera para tomar decisiones jurídicamente vinculantes. Además, el Cabildo debe ser convocado por la ciudadanía y no por funcionarios como el presidente, el gobernador o el alcalde.
Mucho me temo que a eso nadie le va a perder tiempo. A Petro lo apoya la tercera parte de la población a la cual le paga su presencia en sus actos demagógicos, según las encuestas, pero según sus escuálidas marchas solo se mojan y asolean los que tienen algo que perder, como puestos o contratos, que son una minoría, o los que reciben pago directamente por marchar, como los indiecitos. Sobre los demás, su capacidad de convocatoria es nula y cada vez más compleja, sobre todo porque el Pacto Histérico de Petro se estremece en su interior con toda clase de luchas intestinas, traiciones y escándalos de corrupción al por mayor.
Eso sí, esperemos que la Fuerza Pública no se equivoque haciendo eco al llamado de Petro de ‘no levantar armas contra el pueblo’. Los desmanes originados en el llamado a las calles del presidente tienen que ser contenidos y repelidos por las fuerzas legítimamente constituidas, pues responden al mandato de la Constitución y la ley, y no a los caprichos del presidente. Creemos, sin embargo, que las cosas no llegarán hasta ese punto porque el mandatario solo va ya de fracaso en fracaso.
* Saúl Hernández Bolívar, Comunicador social con veinte años como columnista de opinión en diversos medios colombianos y extranjeros.
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LA GRAN FARSA DE LA IZQUIERDA
