Escribe: Luis Hernando Granada C.*.-
A mediados y a finales del siglo XX, se sostuvo que el mal de dicho siglo fue el estrés; ahora, de acuerdo a estudios científicos, aparte de la drogadicción, nace una nueva adicción llamada “Nomofobia”.
Veamos brevemente de qué se trata: La Nomofobia es el miedo irracional a no poder estar frente a una pantalla, pero en especial y con preferencia, no estar sin el teléfono móvil o sin poder usarlo.
El término proviene del inglés “no mobile phone phobia” y se ha popularizado en los últimos años con el auge de los smartphones y la hiper conectividad.
Ahora bien; se habla de Nomofobia cuando las personas pueden experimentar ansiedad o angustia al olvidar el celular en casa o quedarse sin batería. Pero a la vez, cuando sienten la necesidad constante de revisar mensajes, redes sociales o notificaciones; en muchos casos los invade el miedo a estar desconectados de internet o las redes sociales, experimentando irritación o desesperación si no tienen señal o conexión al Wi-Fi.
Obviamente, como toda adicción, ya sea al licor, a las drogas, al tabaquismo o a la ludopatía, la Nomofobia tiene sus consecuencias, muchas de ellas, graves y hasta letales, como, por ejemplo: Dependencia emocional o social del celular, necesidad de validación a través de redes sociales, miedo a perderse algo “importante”, por lo cual se cae en el hábito compulsivo de revisar el dispositivo.
Pero además de lo anterior, el adicto al celular puede experimentar problemas de sueño, dificultades en la concentración, aislamiento social real, paradójicamente, a pesar de estar siempre “conectado”, estrés o depresión en casos severos.
¿Cómo se puede tratar?
Los especialistas recomiendan establecer horarios sin celular, por ejemplo, recién se levantan en la mañana o antes de dormir, usar aplicaciones para controlar el tiempo de uso, realizar actividades sin dispositivos, como por ejemplo leer o practicar algún deporte y conversaciones cara a cara con terceras personas. En casos graves, se recomienda buscar apoyo psicológico o terapia cognitivo-conductual.
¿De qué depende la Nomofobia?
La Nomofobia depende de una combinación de factores psicológicos, sociales y tecnológicos. Los principales elementos que influyen en la aparición y desarrollo de la Nomofobia son:
1. Factores psicológicos: Baja autoestima, porque las personas que dependen del reconocimiento en redes sociales, pueden volverse adictas a estar conectadas.
Otros factores perjudiciales podrían ser, la ansiedad o inseguridad social, el uso del teléfono como refugio para evitar el contacto cara a cara o situaciones incómodas, miedo a la soledad, porque el celular se convierte en un medio constante de compañía.
2. Factores sociales: Entre ellos se pueden destacar, la presión del entorno: Vivimos en una cultura que valora estar siempre disponible y actualizado.
De otra parte, la validación digital a través de likes, comentarios y mensajes, refuerzan la necesidad de estar conectado para sentirse aceptado. Recordemos que las redes como Instagram o Facebook impulsan a comparar la vida propia con la de otros.
3. Factores tecnológicos: Muchas aplicaciones están diseñadas para captar tu atención constantemente (notificaciones, scroll infinito, recompensas), acceso permanente a internet, porque con los datos móviles y el Wi-Fi casi siempre disponibles, es fácil caer en el uso excesivo. En muchos casos, el teléfono ya no es solo para llamadas, porque el adminículo es cámara, agenda, entretenimiento, fuente de noticias, GPS, etc.
4. Edad y experiencia: Los adolescentes y jóvenes son más vulnerables porque han crecido con la tecnología. A los celulares se les llama hoy en día “celular niñera” porque para que el bebé no moleste, llore o haga pataleta, se le entrega un celular para “entretenerlo”.
Por el lado de los adultos, estos pueden desarrollar dependencia por temas laborales o de conexión familiar.
En resumen, la Nomofobia no surge por el teléfono en sí, sino por cómo lo usamos y qué necesidades emocionales intentamos cubrir con él.
Otros factores
La Nomofobia o el miedo irracional a estar sin el celular o sin conexión, depende de varios factores interrelacionados:
1. Nivel de dependencia emocional y psicológica del celular: Personas con ansiedad, inseguridad o baja autoestima pueden aferrarse al celular como medio de escape o validación. El móvil se convierte en una fuente constante de compañía, control y distracción.
2. Uso excesivo y hábito reforzado: El uso frecuente del celular, especialmente para redes sociales, mensajes y entretenimiento, refuerza la necesidad constante de estar conectado.
El cerebro se acostumbra a recibir Dopamina, también llamada la hormona del placer, cada vez que llega una notificación o mensaje.
3. Diseño de las aplicaciones: Muchas apps están creadas para generar adicción: notificaciones constantes, recompensas, actualizaciones infinitas, etc., porque el diseño persuasivo hace difícil dejar el celular voluntariamente.
4. Factores sociales y culturales: Vivimos en una sociedad donde “estar desconectado” se percibe como estar aislado o desinformado La presión social (familia, amigos, trabajo) obliga a estar siempre disponibles.
5. Edad y etapa de la vida: Los adolescentes y jóvenes son más vulnerables, ya que gran parte de su vida social y emocional gira en torno al celular, pero los adultos también pueden verse afectados, especialmente si su trabajo o relaciones personales dependen del móvil.
6. Ausencia de autocontrol o límites: Falta de horarios para el uso del celular, dormir con el teléfono al lado, revisarlo durante comidas o incluso al conducir, son señales de una dependencia no regulada.
En conclusión, la Nomofobia depende del grado de dependencia emocional, de los hábitos formados por el uso excesivo, de la influencia del entorno y del diseño adictivo de la tecnología.
Pero en síntesis general, la Nomofobia hay que considerarla como una gran fuente de riesgo y peligro, porque la adicción al celular ha ocasionado accidentes, destrucción de hogares, irresponsabilidad frente a los deberes y obligaciones no solo en el trabajo sino en el hogar y abandono total del individuo, para el cual, resulta más importante el celular que el mundo que los rodea.
¿Cómo evitar los factores de riesgo?
Como ya lo cité anteriormente, la ayuda profesional es indispensable. Sin embargo, en mi libro “¿Y cómo es la vuelta?” cito la Neuro psiquis inmunología, es decir, el uso correcto de las neuronas en beneficio de la persona, no solo frente a este problema sino ante otros factores de riesgo o equivocaciones que podemos cometer a diario en nuestra vida.
* Luis Hernando Granada C., es Periodista, Escritor y Publicista con más de 50 años de experiencia, Exsubdirector de la Revista El Congreso, Exdirector de varias publicaciones y colaborador de medios impresos y digitales. Autor de varias obras como “El Imperio del terror”, “¿Y cómo es la vuelta?” y “La gran farsa de la izquierda”, fundador y propietario de www.visiontolima.com y Gestor Cultural del Tolima.
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Cada día el ser humano comete mínimo cinco errores: pagamos un almuerzo o compramos baratijas con tarjetas de crédito y a seis o doce meses; caemos en la trampa de la publicidad engañosa; nos dejamos llevar por las etiquetas de mercancía extranjera hecha en nuestro país, etc. Luis Hernando Granada, el autor de esta obra, nos relata cientos de trampas y engaños para evitar volver a caer.
