Escribe: Luis Hernando Granada C.*
Si soy el jefe de mi hogar y algo adverso sucede, el único culpable soy yo…. Y esto se aplica al psicópata y genocida Gustavo Petro, presidente de Colombia.
Lo que acaba de suceder, el pasado sábado 7 de junio, cuando sicarios del régimen atentaron contra la vida del senador Miguel Uribe Turbay, es realmente deprimente pero no increíble, porque en un régimen, “cuasi” comunista, siempre lo peor se puede esperar.
Así lo ha demostrado plenamente: Acabo con las Fuerzas Armadas, incrementa a diario los impuestos, aumenta el hambre y la pobreza mientras se da la gran vida viajando por la “galaxia”, “gobierna” a través de un celular, cambia de gabinete como cambiar de calzoncillos, grita, ofende, humilla, agrede, viola la ley, pero, aun así, siempre se presenta como una víctima más.
Sostiene, en su defensa, que unos “asesinos” lo quieren matar. Obviamente los asesinos lo persiguen: el alcohol, las drogas y otras aberraciones.
Pero volviendo al atentado que sufrió Miguel Uribe Turbay –uno de los más importantes y calificados candidatos a presidente de la República–, vimos a través de la televisión, al psicópata y genocida, rodeado del “rescoldo” que ha quedado de las Fuerzas Militares, para “pronunciarse” con sus babosadas acompañadas de su ya precario silbido de culebra, sobre el tema del atentado, pero lo que escuchamos, fue lo mismo de siempre: “Se hará una exhaustiva investigación”. Sin embargo, mucha agua ha pasado por debajo del puente y muchas preguntas siguen vigentes: ¿Hay resultados claros sobre el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán? Se habla o se culpa a un tal Roa, pero muchos hablan de la presencia de la CIA y del dictador Fidel Castro en Colombia. Es decir, todo sigue en la penumbra de la impunidad… ¿Se sabe algo concreto, real y con pruebas fehacientes sobre los asesinos del estadista conservador Álvaro Gómez Hurtado? Tampoco; sin embargo, todo apunta a que fue la izquierda, y las dudas son mínimas porque la izquierda tiene la habilidad y la mentalidad criminal, pero a la vez, tiene la gran particularidad de tapar sus heces. Eso lo hicieron en su momento Mao Tse Tung, Adolfo Hitler, Fidel Castro, Hugo Chávez, Rafael Correa, y en la actualidad, Evo Morales, Díaz-Canel, Xi Jinping, y entre otros, el proyecto de dictador colombiano Gustavo Petro Urrego, un “hombre” que carente de ideas, recurre a la violencia, lo cual es normal en él, de acuerdo a su prontuario delictivo.
Muchos líderes políticos han caído bajo las balas fratricidas de la izquierda, pero por lo general, todo queda en las sombras, en la oscuridad, en la impunidad rampante, porque el objetivo, es eliminar los escollos en el camino de la izquierda a imponernos una dictadura de acuerdo a los proyectos de la mafia transnacional comunista/socialista.
Para lograrlo, sin ideas constructivas ni la más mínima vocación de servicio, Petro se apoya y respalda en sus más de 2.000 bodegueros que paga con dineros del pueblo. Se apoya en los indígenas a quienes tiene comprados y adoctrinados a través de sus capos, gobernadores, caciques, chamanes y traidores de una patria que los sostiene y patrocina para que actúen a su favor. Se apoya en los sindicalizados, en esos hombres y mujeres supuestamente apoyados por los capos de estos sindicatos, pero que al igual que la mayoría de colombianos, no encuentran en esos “puti-clubs”, las garantías que esperan. Se apoya en los grupos al margen de la ley, el eln, las farc, el clan del golfo y todo tipo de delincuentes. Muchos se preguntan con inocencia: ¿Por qué Petro no enfrenta a los guerrilleros? La respuesta es sencilla y así lo consigné en mi libro “La gran farsa de la izquierda; porque con esos criminales, Petro ya está conformando sus “colectivos petristas”.
Petro se apoya además, en los vándalos de la primera línea, alineados, adoctrinados y patrocinados a través de su comandante en jefe, Gustavo Bobolívar, y desde el Congreso, por el piojoso Iván Cepeda, que a diario se rasga las vestiduras porque no ha logrado quitar del camino la piedra que sigue enfrentando a la criminalidad del país, el expresidente Álvaro Uribe Vélez. Se apoya igualmente en Fecode –Federación comunista depredadora–, la cual recibe apoyo y prebendas del Estado a cambio de convocar a los adoctrinadores de escuelas, colegios y universidades, para que lo acompañen en sus marchas vandálicas.
Entre tanto, Colombia se hunde en la miseria, agobiada por impuestos criminales, por las expropiaciones de tierras y propiedades que no son devueltas a sus verdaderos propietarios, sino que les son entregados “legamente” a guerrilleros y criminales de la peor calaña. Las violaciones a los derechos humanos, los secuestros, el auge y crecimiento de la mafia, son el menú en el orden del día del psicópata.
Sin embargo, en medio de sus babosadas luego del atentado contra Miguel Uribe, el psicópata habló de vida, mientras la sangre de inocentes campesinos es derramadas en todas las latitudes; habló de Democracia, cuando de esto es lo que menos puede hablar un criminal; habló de libertad, cuando la verdad es que quisiera ver a los opositores en la cárcel; habló de “alejarse de la codicia” mientras se enriquece ilícitamente como siempre lo logran estos sujetos; dijo que “cuando alguien se deja dominar por la codicia, se convierte en un animal…?… ¿A qué raza pertenecerá el psicópata? Dijo igualmente que “seremos tercos por la paz”, cuando la bandera de la “paz total” está manchada de sangre.
El pueblo exige menos palabras y más acciones; Petro no representa a los ciudadanos de bien; Petro no tiene seguidores sino delincuentes, vagos y drogadictos que reciben sus prebendas, sus contratos, sus sucias monedas.
Y es que, para concluir, ¿a quién le conviene más quitar del camino a los líderes de la derecha democrática? Blanco es, gallina, lo pone y frito se come.
* Luis Hernando Granada C., es Periodista, Escritor y Publicista con más de 50 años de experiencia, Exsubdirector de la Revista El Congreso, Exdirector de varias publicaciones y colaborador de medios impresos y digitales. Autor de varias obras como “El Imperio del terror”, “¿Y cómo es la vuelta?” y “La gran farsa de la izquierda”, fundador y propietario de www.visiontolima.com y Gestor Cultural el Tolima.
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Las víctimas de pastores, casas de modelaje, agencias de empleo, médicos, políticos, chamanes y curanderos se cuentan por millares en el mundo y la idea del autor Luis Hernando Granada es llevar un mensaje de alerta y prevención
