Dios los cría y ellos se juntan. La asignación de recursos y cargos clave a intereses políticos –léase campaña–, pone en entredicho la capacidad institucional para responder a quienes sufrieron la violencia, mientras persisten prácticas opacas y baja ejecución presupuestal.
El ministro del Interior intensifica su presencia en redes sociales y defiende la gestión del Gobierno en un escenario político marcado por la polarización y la fragmentación de partidos.
“Petro, desde el día cero, ha dicho que nunca en la vida se le ha pasado por la cabeza que eso pueda suceder”, con esta afirmación, Armando Benedetti, ministro del Interior, descartó cualquier intención de reelección por parte del presidente Gustavo Petro y defendió la gestión del Gobierno. Además, analizó la polarización política y ofreció su visión sobre el futuro electoral del país.
Benedetti, figura clave del gabinete, es uno de los principales defensores de Petro en un escenario político fragmentado, donde la lealtad y la estrategia digital se han convertido en herramientas centrales de la acción gubernamental.
En cuanto a la dinámica interna del gabinete, Benedetti afirmó, en diálogo con Semana, que existe una percepción de frialdad y falta de sensibilidad política entre sus colegas.
“Muchas veces el gabinete es bastante frío, le hace falta sensibilidad política, no le duele lo que le duele al presidente”, afirmó, y luego se describió a sí mismo como el principal defensor de Petro dentro del equipo ministerial.
“Es un gabinete flojo (a compararlo con el de otros gobiernos). Me va a traer problemas, pero debo reconocerle a Angie Rodríguez su trabajo. Es una berraca y leal al presidente Petro y con ella sí he hecho un gran equipo de trabajo a favor del presidente”, afirmó.
Esta postura le ha valido críticas, pero asegura que la adversidad le sirve de estímulo y que su lealtad al presidente no es reciente, sino que se remonta a 2018, cuando ya manifestaba su intención de apoyar a Petro.
El ministro rechaza de plano las acusaciones de autoritarismo y los rumores sobre una posible reelección presidencial. Insiste en que la discusión sobre la continuidad del proyecto político de Petro está resuelta y que el mandatario nunca ha contemplado perpetuarse en el poder. “A las 3:00 de la tarde del 7 de agosto de 2026, Petro se va. Eso no tiene problema”, sentencia.
Benedetti sostiene que el verdadero desafío radica en consolidar un relevo que garantice la vigencia de las ideas del actual Gobierno, más allá de la figura de Petro.
Panorama electoral y polarización política en Colombia
El panorama electoral, según Benedetti, se caracteriza por una polarización creciente y una fragmentación de las fuerzas políticas tradicionales. Describe los intentos de conformar una coalición de centro, integrada por el Partido Liberal, los conservadores, Nuevo Liberalismo y La U, pero advierte que la irrupción de Cambio Radical y el Centro Democrático —liderados por Álvaro Uribe y Germán Vargas Lleras— ha generado tensiones y desconfianza. El ministro prevé que la confrontación entre el Pacto Histórico y el Centro Democrático dominará la próxima contienda legislativa, con ambos bloques aspirando a obtener 25 curules en el Senado, lo que equivaldría a la mitad de la cámara alta. En este escenario, partidos como La U y Cambio Radical, así como el Partido Liberal y el Partido Conservador, podrían ver reducida su representación.
Sobre los posibles candidatos presidenciales, Benedetti considera que solo tres o cuatro figuras tienen el peso político necesario para aspirar al cargo. Menciona a Roy Barreras, Daniel Quintero, Iván Cepeda, Juan Carlos Pinzón, Vicky Dávila y Claudia López como los nombres más relevantes, y descarta a otros por falta de propuestas o experiencia en el Estado. En particular, destaca la capacidad de Barreras y Quintero para liderar y administrar el país, y señala que el presidente Petro no interviene directamente en la selección de candidatos, aunque muestra simpatía por Cepeda. Respecto a Daniel Quintero, minimiza las investigaciones en su contra y atribuye las imputaciones a enemistades políticas y a la politización de la justicia.
La figura de Álvaro Uribe emerge como el principal antagonista de Petro. Benedetti sostiene que la estrategia de Uribe de ubicarse en el puesto 25 de la lista al Senado busca movilizar a su electorado y consolidar el poder del Centro Democrático. Considera que esta maniobra podría debilitar aún más a los partidos de centro y facilitar la polarización del escenario político.
Relación con la oposición, medios y política antidrogas
En relación con la oposición y los medios de comunicación, Benedetti expresa su descontento por lo que percibe como una cobertura hostil hacia el Gobierno. Asegura que los medios tradicionales “están en contra del presidente, le faltan el respeto, y lo atacan”, aunque rechaza cualquier propuesta de cerrar o regular medios de comunicación. “Nunca estaré de acuerdo con eso”, enfatiza. Sobre la política antidrogas, critica la postura de Estados Unidos y califica de “chantaje” la amenaza de descertificación. Defiende la intención del Gobierno de liderar un cambio hacia un enfoque de salud pública en la lucha contra las drogas, centrado en la mitigación de daños y el combate a los narcotraficantes, no a los cultivadores.
En el plano personal, Benedetti comparte con SEMANA que su proceso de rehabilitación le ha permitido reencontrarse con su familia y enfocarse en su labor pública. Afirma que este periodo le ha brindado una nueva perspectiva y una mayor espiritualidad, y que su entorno familiar se ha convertido en su principal motor para continuar en la vida política y personal.
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