Inició el primer Congreso Internacional de la Gestión Comunitaria del Agua en Ibagué, un evento sin precedentes en la ciudad que, en su jornada inicial, contó con la participación de más de 400 personas de todo el país, la academia, instituciones y, lo más importante, hombres y mujeres que trabajan por garantizar el recurso hídrico en sus regiones.
“Este congreso es un acto de gratitud a quienes han hecho posible que una llave se abra y que de ella brote vida, y de compromiso, porque sabemos que aún queda mucho por hacer, por trabajar. Desde aquí les decimos, que no están solos y que está latente la convicción de que el agua es sagrada y nuestra tarea como sociedad es defenderla siempre”, manifestó Johana Aranda, alcaldesa de Ibagué.
Asimismo, se resaltó el apoyo de la institucionalidad al fortalecimiento de estas comunidades, donde muchas veces no son vistos, pero la Administración Municipal entra como ese actor, para reconocer la labor que realizan por el agua.
“Ahí estamos nosotros tratando de llegar a esos territorios, porque lo que nos ha dicho nuestra alcaldesa, es que debemos ayudar a los acueductos comunitarios, en su captación, potabilización y transporte”, indicó Harol Wilches, secretario de Ambiente y Gestión del Riesgo.
Cabe mencionar, la presencia de tres invitados internacionales, José Rivera, presidente de la Federación de Agua Potable Rural en Chile, Karen Guzmán, representante de la Confederación Nacional de Federaciones, Ligas y Uniones de Acueductos Comunales de Costa Rica y Ximena del Rocío Criollo, administradora de la Junta de Agua Potable de Baños en Ecuador.
“Estar en este congreso es muy importante, porque podemos mostrar la experiencia que tenemos y también recoger todo lo que se hace aquí. A la vez intercambiar y tomar lo mejor, para entender que este recurso se va a terminar si no lo cuidamos”, expresó José Rivera de Chile.
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El peor error que cometió Natalia Fernández, –una de las cuatro principales protagonistas de esta obra– fue haber ido a visitar un parapsicólogo con la ilusión de solucionar su problema de amor. Eso la llevó a perder varios millones de pesos y a arriesgar su vida y su dignidad. Luis Hernando Granada plasma en esta obra más de un relato de estos engaños tan frecuentes hoy en día
