Escribe: Marcelo Duclos*.-
Julio de 1976 y uno de los peores atentados de la historia argentina. La nueva generación de izquierdistas reivindica a Montoneros y quiere impunidad. (Archivo PanAm Post).
En 1976, el comedor de la Coordinación de la Policía Federal estalló, dejando 24 muertos y cientos de heridos. Myriam Bregman, entre los que quieren la impunidad total.
No es ninguna novedad que la izquierda argentina, que forma parte del sistema democrático solo para sacarle el jugo, ya que ni siquiera cree en lo que dice la Constitución Nacional, reivindica la agenda y la violencia utilizada por sus antecesores de la década del setenta, que buscaron implementar el comunismo socialista por las armas, siguiendo el consejo de Marx.
Sin embargo, esto no lo manifiestan en voz alta. Cada vez que se habla de aquellos años, suscriben un discurso parcial y mentiroso: un día los militares tomaron el poder y ejecutaron un plan de exterminio para con la juventud militante, que solamente buscaba un modelo de igualdad y justicia social. Mentira. La confrontación fue con grupos armados, que tenían en mente la implementación del modelo autoritario con el que ellos comulgaban. Uno incluso peor que el de los mismos militares, que tomaron el poder con complicidad absoluta de toda la clase política, un 24 de marzo de 1976.
Igualmente, cuando se los pone contra las cuerdas en el debate, terminan aceptando que “hay violencias y violencias”. En una oportunidad, el legislador del Frente de Izquierda Gabriel Solano, dijo que la violencia es repudiable, “según del lado que venga”. Cuando uno ya hace esta distinción, salvo que sea en un acto excepcional de defensa propia donde está en riesgo la vida, es muy difícil que del otro lado haya un punto válido.
La justicia argentina reabrió la causa del atentado de Montoneros en julio de 1976 al comedor de la Coordinación de la Policía Federal, donde murieron 24 personas, además de los cientos de heridos graves. Hasta este momento, la organización liderada por Mario Firmenich (que finalmente podría terminar condenado por este episodio) resultó impune.
Cuando el kirchnerismo reabrió las causas contra los militares, la izquierda cantaba “como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar”. No importaba si los hombres de las fuerzas ya habían sido juzgados o no. No importaba la edad ni la posibilidad de la prisión domiciliaria y buscaban que las condenas se cumplan en cárcel común. No importaba ninguna cuestión legal formal. Era, en todo caso y siempre, cárcel común para todos los acusados.
Ahora, con Firmenich a un paso de la condena, Myriam Bregman (abogada de las causas contra los militares y diputada del FIT) acompaña al exlíder montonero, y apela a una cuestión técnica para pedir la impunidad: la prescripción de un delito que quieren hacer pasar como “común” y que no aplique la figura de “lesa humanidad”.
Ellos consideran que, como estuvo el Estado detrás del accionar de las Fuerzas Armadas, los militares tienen que ser perseguidos hasta el último día de sus vidas. Sin embargo, apelando a las normativas legales que desprecian cuando fomentan que, por ejemplo, una persona sea dos veces juzgada por lo mismo, ahora se cobijan en las garantías formales, que además son discutibles.
Argentina suscribe al Estatuto de Roma, por lo que se puede considerar como un crimen de “lesa”, cualquier persecución “por motivos políticos”. El atentado a un comedor de la policía fue justamente eso. Además, no es un dato menor que las organizaciones guerrilleras sí contaban con respaldo estatal. No argentino en este caso, pero si cubano.
“Quince magistrados, entre fiscales, jueces de primera instancia, jueces de Cámara, jueces de esta Cámara de Casación y ministros de la Corte han considerándola prescripción del hecho investigado por la ausencia de participación estatal”, señalan desde la defensa de Firmenich. Pero es evidente que estos sucesos sí se encuadran dentro de los delitos imprescriptibles y merecen ser esclarecidos. En un caso, aplica la venganza. Del otro, los tecnicismos (encima mal interpretados).
La diputada Myriam Bregman, que vive haciendo gala de su discurso en defensa de los DDHH, por estas horas acompaña a los responsables de uno de los peores atentados de la historia del país. Una vez más, queda muy claro que a la izquierda no le interesa ni la paz, ni la democracia, ni los derechos humanos. La doble vara es permanente. Para lo moral, pero para lo jurídico también.
* Marcelo Duclos, nació en Buenos Aires en 1981, estudió periodismo en TEA y cursó la maestría de Ciencias Políticas y Economía en Eseade. Excolumnista de opinión invitado de Perfil, Infobae, entre otros medios. Fue productor de POP Radio y encargado de noticias, docente de Estructura Económica Mundial y responsable de comunicación de la F. Naumann entre 2010 y 2022. Aficionado a la gastronomía, el mundo del vino y actualmente estudiante de sommelier. Músico y coleccionista de Queen.
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Por donde quiera que haya pasado la izquierda con sus caretas de comunismo, socialismo, progresismo, etc. lo único que han dejado es miseria y muerte. Luis Hernando Granada, el autor de la obra, realizó una investigación que data desde el siglo XVII y hasta nuestros días, con datos inverosímiles y crueles



