El estudio advierte que la vivienda se ha transformado en un símbolo de la desconexión entre la ciudadanía y la clase política. (PanAm Post)
Vox ha sabido conectar con el descontento ciudadano mediante mensajes simples y emocionales sobre la ocupación, mientras el PP amplifica esa narrativa desde un tono más institucional. Del otro lado, el PSOE intenta rescatar el relato intervencionista con figuras de alto perfil como el ministro Óscar Puente, pero sin la fuerza suficiente para reactivar al electorado progresista.
Por primera vez en más de una década, la izquierda ha perdido su monopolio discursivo sobre la vivienda. El relato que defendía la intervención estatal, el control de precios y la “función social” de la propiedad ha sido desplazado por la narrativa de la derecha, centrada en la defensa del libre mercado, la propiedad privada y el rechazo a la ocupación.
Un estudio elaborado por IA Analytic Suite y la consultora LLYC, citado por El Mundo, tras analizar 2,4 millones de conversaciones en redes sociales y más de cuatro millones de artículos digitales, revela un vuelco histórico: la derecha domina el 36% del debate sobre vivienda, frente al 35% de la izquierda. La caída del progresismo coincide con la desmovilización de Podemos y Sumar, mientras Vox y el PP consolidan su influencia en un tema que se había convertido en bandera de la izquierda desde la crisis de 2008.
Según el informe, esta pérdida de control no es anecdótica. Cuando un bloque político logra imponer su visión en un asunto tan sensible, el impacto se vuelve transversal. Hoy, el discurso conservador predomina en siete de las nueve grandes preocupaciones de los españoles, desde la inseguridad hasta la inmigración.
El fenómeno tiene raíces políticas y comunicacionales. Vox ha sabido conectar con el descontento ciudadano mediante mensajes simples y emocionales sobre la ocupación, mientras el PP amplifica esa narrativa desde un tono más institucional. Del otro lado, el PSOE intenta rescatar el relato intervencionista con figuras de alto perfil como el ministro Óscar Puente, pero sin la fuerza suficiente para reactivar al electorado progresista.
Podemos, que durante años monopolizó el debate con su crítica a la “especulación” y su defensa de la intervención pública, ha quedado reducido a la irrelevancia. Su desaparición del espacio digital ha dejado a la izquierda sin capacidad para marcar agenda.
El estudio advierte que la vivienda se ha transformado en un símbolo de la desconexión entre la ciudadanía y la clase política. Mientras los votantes perciben que las promesas de acceso y regulación no se cumplen, el relato liberal gana terreno con una fórmula clara: menos Estado, más propiedad.
Fuente: Staff de PanAm Post
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