Escribe: Gabriela Moreno*.-
Del desenfreno de Ábalos existe un episodio en Sigüenza, Guadalajara, donde supuestamente se alojó en la suite 210 en mayo de 2021, pocas semanas antes de ser destituido por Pedro Sánchez. (PanAm Post)
Las operaciones tenían un manejo cuidadoso. Se establecía una diferencia entre los pagos de “A” y “B” para separar los desembolsos que “preveían una devolución futura por parte de Ábalos” de aquellos sujetos a una “reposición institucional”, es decir, la devolución por parte del Gobierno o el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Cada uno de los encuentros íntimos que el exministro de Transporte del gobierno español, José Luis Ábalos, sostuvo con trabajadoras sexuales, durante el ejercicio de su cargo en el gabinete del socialista Pedro Sánchez y después de su salida, no era improvisado. Para concretar las citas, su exasesor, Koldo García, organizó los gastos correspondientes por estos servicios con la letra “B” con el fin de diferenciarlos de los gastos “A” sujetos a reembolsos institucionales.
De esa manera, García intentó mantener el orden de las cuentas mientras que su esposa, Patricia Úriz, fungía como asistente de las operaciones descubiertas en las conversaciones encontradas en los teléfonos móviles intervenidos por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
SegúnThe Objective, en las comunicaciones hay registros de mensajes compartidos entre ambos, en los cuales definían las instrucciones para efectuar las transferencias bancarias a las mujeres con quienes el exministro de Transporte coincidiría durante sus viajes al interior o en Madrid.
Notas incautadas
Las operaciones tenían un manejo cuidadoso. El medio revela que se establecía una diferencia entre los pagos de “A” y “B” para separar los desembolsos que “preveían una devolución futura por parte de Ábalos” de aquellos sujetos a una “reposición institucional”, es decir, la devolución por parte del Gobierno o el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Con la modalidad descrita por la UCO, en el listado “A” no se incluirían los consumos “que no resultarían procedentes dada la naturaleza del gasto”, y por lo tanto, “no estarían sujetos a una liquidación posterior”.
Las evidencias de la “caja B” están colectadas en una serie de notas elaboradas por Úriz que incluyen múltiples pagos a nombre de Ábalos clasificados como: “460 José B, 500 José B, 460 José B”. De hecho, sus labores logísticas arrojan la adquisición de boletos de transporte y abonos para el alojamiento de terceras personas vinculadas a Ábalos con motivo de distintos encuentros de “carácter personal”.
Las tareas para garantizar la fluidez de la caja de García, implicaron roles: el exasesor agendaba los encuentros con las participantes de la cita y Úriz reservaba el alojamiento y compraba los pasajes. Entre los hallazgos que avalan las transferencias a trabajadoras sexuales contratadas para Ábalos figura una mujer de origen cubano, Dámaris O. T, residente en Madrid. Para ella, García envió un mensaje a Úriz, autorizando un número de cuenta de una oficina del BBVA en Getafe. “Ingresa 750 a esa cuenta y pon en caja B”.
Además de la organización de los pagos en una caja, García también coordinó la agenda oficial del exministro con la disponibilidad de las mujeres preferidas por Ábalos y clasificadas en carpetas de su ordenador personal.
Hasta ahora, la Guardia Civil contabiliza pagos por hasta los 4975,65 euros. El monto corresponde a reservas y billetes para distintos encuentros. Uno de los detectados data del 2 de febrero de 2022. En aquel momento, García le envió un mensaje a su esposa: “Y lo de ayer a la lista dos y dime la suma mañana, ya que tendremos que coger una casa y un billete desde Segovia”.
Agenda de corazones
En la documentación sobre la caja de García destaca una “agenda con un corazón” en las cual García mantenía datos de “Rosa Rumana Jefe Valencia”, Vanderleia Aparecida de Oliveira (a la que llamaban Michel), Ofelia Stoica y Rozalía.
“Si aún me pudiera deducir de la renta estos donativos, jajaja”, bromeó Ábalos el 11 de mayo de 2021, justo después de pedir a su asesor que realizara una transferencia a estas mujeres.
Del desenfreno de Ábalos existe un episodio en Sigüenza, Guadalajara, donde supuestamente se alojó en la suite 210 en mayo de 2021, pocas semanas antes de ser destituido por Pedro Sánchez. Lo habrían acompañado Koldo García, tres escoltas y otras tres mujeres. Según el testimonio del personal del establecimiento, tras una fiesta nocturna encontraron “restos de cocaína” y daños en el mobiliario.
* Gabriela Moreno, Periodista venezolana residenciada en Chile. Egresada de la Universidad del Zulia. Experiencia como editora y productora de contenidos para medios impresos y digitales con énfasis en las fuentes de política e internacional.
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