Escribe: Luis Hernando Granada C.*.-
Desde viejos tiempos se dice que esa persona “es más falsa que una moneda de cuero”, y ese dicho, refrán o proverbio cobra vigencia cada que el psicópata y genocida Gustavo Petro abre la boca o manda un letal disparo a través de su cuenta de X.
Más recientemente –cuando se iniciaba la campaña a la presidencia–, el popular canta autor antioqueño Juanes, dijo magistralmente: “La izquierda es una mierda”. Por eso dichos planteamientos quedaron plasmados también en mi libro “La gran farsa de la izquierda”, porque, desde que algún engendro del mal la dio a luz, la izquierda ha sido criminal y nociva para la humanidad.
El sábado anterior, el psicópata y genocida se hizo presente en Ibagué, pero siempre acompañado por sus hordas y mercenarios, y aunque no toda la prensa da a conocer las infamias, por estar comprados por el régimen, algunos medios sí dieron a conocer que 600 buses llegaron desde Bogotá y desde otras ciudades, con vagos, mamertos, contratistas y funcionarios públicos obligados a hacer presencia, incluso con amenaza a través de circular “oficial”. Y todos van y hacen presencia y gritan arengas favorables para el ídolo de barro. Claro; hay almuerzos, tamales, refrigerios, transporte desde sus lugares de origen dinero y hasta droga…
Jamás Petro ha llenado una plaza en franca lid; jamás ha sido acompañado por sus ideas y promesas criminales y ni siquiera por una ideología ya caduca y nociva como la que hemos conocido a través de ejemplos como Cuba, Chile, Bolivia y Venezuela, entre otras naciones.
La izquierda comunista jamás, en ninguna parte del planeta, ha llegado al poder a través de la verdad, porque ha sido la mentira, el engaño, la traición al pueblo, de lo que ellos se valen para apoderarse de las naciones mientras se lucran, no solo con lo que se roban sino con lo que la mafia transnacional comunista/socialista les concede a cambio de entregar estas naciones para llenar sus arcas mientras el pueblo vive cualquier cantidad de necesidades, atropellos, expropiaciones, extorciones, violaciones, desplazamiento forzado y hasta la muerte.
Se dice que Petro llegó a la presidencia a través del fraude –como Chávez y Maduro en Venezuela, como Evo morales en Bolivia, como Fidel Castro en Cuba–; se dice que por él votaron tres millones de muertos y 700 jóvenes que no alcanzaron o no pudieron reclamar su cédula a tiempo. Y de raro no tiene nada; mientras los demás candidatos se reunieron con el Registrador en masa, Petro lo hizo en privado, a solas, de manera irregular y misteriosa. ¿Y quién más puede poner a votar a los muertos si los números de cédula reposan en dicha entidad?… ¿Y dónde reposan las cédulas de los jóvenes citados? Blanco es, gallina lo pone y frito se come.
Aun así nos hablan de garantías electorales; nos están garantizando, a través de publicidad engañosa –como toda la del régimen–, que contaríamos con la vigilancia de la ONU.
¿Pero qué es la ONU? Dicen las malas lenguas –que en este pueblo son muchas–, que la ONU es la Organización de las Naciones Unidas, una organización internacional fundada en 1945 tras la Segunda Guerra Mundial dizque “para mantener la paz y la seguridad mundiales, fomentar la amistad entre las naciones, promover el progreso social y los derechos humanos, y lograr la cooperación para resolver problemas económicos, sociales y humanitarios. Está formada por 193 países miembros y actúa como un foro global para que las naciones aborden problemas comunes y busquen soluciones conjuntas”. Esto también es tan falso como la moneda de cuero.
¿Acaso no está claro el sesgo hacia el comunismo de esta “entidad”?… ¿Acaso no fue la ONU la que llamaron como garante para la entrega de las armas de las farc en el mandato del camarada Juan Manuel “Chucky” Santos?… ¿No encubrieron acaso el camión donde supuestamente se llevarían las armas “entregadas” por los narco-guerrilleros cómplices de “Chucky”?
Garantías realmente no hay; un posibilidad sería hacer pedagogía y tomar conciencia sobre la actual realidad de los colombianos, para no ir a las urnas a regalarle el voto a ningún candidato de izquierda, porque aunque parezcan ser ratas de distintas –léase partidos–, madrigueras, en la práctica son lo mismo: mercenarios de la Democracia, criminales amantes de la sangre, la corrupción, la mala vida y la muerte.
* Luis Hernando Granada C., Periodista, Publicista con más de 50 años de experiencia. Ex subdirector de la Revista El Congreso, ex Director y colaborador de varios medios de comunicación escritos, impresos y digitales. Autor de la Novela “El Imperio del terror” y de los libros “¿Y cómo es la vuelta?” y “La gran farsa de la izquierda” y Gestor Cultural del Tolima.
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

