Escribe: Luis Hernando Granada C.*.-
El monstruo, dictador y genocida Gustavo Petro está herido y cuando eso sucede, el monstruo se muestra más agresivo. No hay duda alguna que Álvaro Uribe Vélez, siempre ha sido la piedra en los Ferragamo de tres millones de pesos del dictador.
Cuando la guerrilla y la delincuencia amenazaba con apoderarse del país, fue Álvaro Uribe Vélez el que los combatió con certeza y decisión, poniéndole fin a las pescas milagrosas, a los falsos retenes, a los secuestros, extorsiones y violaciones propias de los narcoguerrilleros, porque a los criminales no se les podía dar tregua.
Por eso Gustavo Petro –que nació en mal momento odiando al planeta–, empezó la persecución hacia el expresidente.
Contó Petro, para su siniestro plan, con la complicidad del camarada “Chucky” Santos, que, al ser nombrado ministro de Defensa, aprovechó la oportunidad para ejecutar los “falsos positivos” para acreditárselos al presidente de entonces, Álvaro Uribe.
Santos –comunista desde joven–, echó abajo muchos logros de Uribe, se inventó una entrega de armas con la complicidad de la ONU y perdonó en su totalidad, a través de un bodrio anticonstitucional –la JEP–, la cual solo ha hecho, indultar a los narco terroristas, violadores, secuestradores y demás alimañas de la izquierda.
“Chucky Santos” y “Aureliano” Petro –también conocido como “el Cacas”–, auspiciaron el auge de la guerrilla, el incremento de los cultivos de coca, las extorsiones, expropiaciones a los campesinos, violaciones y masacres que todos conocemos y que siempre han tenido nombre propio.
Hoy, mientras en el Congreso y en otras entidades del Estado, los asesinos, sicarios de la Democracia, violadores y narco terroristas son perdonados, Álvaro Uribe es condenado a 12 años de prisión domiciliaria, además de tener que pagarle al Estado, una multa de más de 3.400 millones de pesos colombianos, sufriendo de paso la inhabilitación por más de ocho años para el ejercicio de derechos y funciones públicas.
La idea de la mafia transnacional comunista/socialista, era sacar del camino a Álvaro Uribe, lo cual lo lograron a través de un juicio irregular, sesgado, adornado de sandeces y pruebas invisibles. Por eso ahora la defensa del expresidente Álvaro Uribe cuenta con cinco días hábiles para presentar un recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Bogotá.
De fraude procesal y soborno en actuación penal, fue acusado Uribe según la sentencia divulgada.
La “jueza” Sandra Liliana Heredia, –comunista del pacto diabólico–, resolvió imponerle a Uribe una pena, en primera instancia, que en nada se ajusta a lo que hubiera sido basado en una justicia real, dentro del marco del Estado Social de Derecho.
Delincuentes reconocidos como Iván Cepeda, Armando Benedetti, Gustavo Bobolívar y otros, entre ellos el propio dictador colombiano, así lo soñaban y ya varios años atrás lo habían declarado públicamente.
Bobolívar públicamente, tan pronto se inició el mandato del dictador, dijo que el principal objetivo personal sería, enviar a la cárcel al exmandatario Uribe Vélez.
Un “juicio” comunista
Sin duda alguna –como suele suceder en estos casos–, donde los comunistas son los acusadores, el juicio de principio a fin, estuvo totalmente sesgado, para obedecer a las políticas criminales de hacer a un lado, callar y hasta asesinar a sus opositores.
“Esos desvíos temperamentales, esas intemperancias contra la defensa, contra mi familia, contra mí, muestran que aquí hubo sesgo y eso lo tiene que considerar la Justicia nacional, los órganos competentes y la Justicia internacional”, manifestó el expresidente.
Pruebas reales no hay una sola, pero construidas por sus enemigos, se elaboraron las necesarias para juzgarlo y condenarlo, porque el juicio fue político.
Los ataques a la familia
Como si no fuera suficiente, la “jueza” haciendo alarde de su “poder” y siguiendo las indicaciones del patrón, obligo al expresidente a hacer uso de la palabra: “Este es un fallo que abusa, este es un fallo que excede lo jurídico, un fallo que va contra las normas jurídicas, contra la ética, contra la moral”.
¿Sabrá algo de moral y de justicia una “jueza” comunista?Tal como lo dijo Uribe, “Este es un fallo con determinadores políticos, sesgados”.
Argumento de condena sin pruebas
Todo hizo parte de un proceso que el mismo Uribe inició en 2012 cuando demandó ante la Corte Suprema de Justicia por supuesta manipulación de testigos al piojoso Iván Cepeda, que en esa época preparaba una denuncia en el Senado en su contra por sus supuestos vínculos con los paramilitares.
“No hay una sola prueba que sustente este fallo político que me condena”, subrayó Uribe, quien contestó el argumento de la acusación, acogido por la “jueza”, de que fue él quien mandó a Cadena a buscar testigos contra Cepeda entre exparamilitares presos.
Defensa de su familia y de la libertad
Patriota como siempre ha sido, Uribe cuestionó además a la “jueza” por comisionar al Centro de Servicios Judiciales de Rionegro, el municipio del departamento de Antioquia donde reside el expresidente, para expedir “la correspondiente boleta de encarcelación” y “proceder a su traslado inmediato a su domicilio donde cumplirá la prisión domiciliaria y se realizarán los controles respectivos”. “Y me niegan el derecho a permanecer en libertad. Una de las razones para negarme el derecho a permanecer en libertad es que es para evitar violencia”, dijo.
El expresidente explicó que “en el ejercicio de libertad” recorre el país y participa en foros en los que expresa “con franqueza” lo que su corazón “siente sobre Colombia”.
“Doy las razones de oposición a este gobierno, pero jamás, jamás mi partido, los afines, mis compañeros dirigentes de la política, han sido incitadores de la violencia. Eso es, señalarnos de incitadores de la violencia”, indicó.
Pero tal como lo dijo Jesús en la cruz: “Consummatum est”, –en español: “Todo está consumado” –, al menos de momento eso parece, porque la mafia transnacional comunista/socialista, siempre trata de eliminar a sus adversarios. Ante la carencia de argumentos y ante la urgencia de saquear los países, esos “enemigos” de la izquierda, no pueden estar vigentes; por eso Migue Uribe sigue debatiéndose entre la vida y la muerte y Uribe Vélez, tendrá que aceptar la absurda y acomodada condena de una magistral “jueza”.
Cuando decidí escribir mi libro “La gran farsa de la izquierda”, investigué a estas alimañas desde el siglo XVII y analizando las masacres y genocidios por parte de estos criminales desde Alemania, la China comunista, Cuba y Venezuela entre otros países.
Aunque muchos lo duden –especialmente los mamertos–, la izquierda, con el genocida y psicópata Petro a la cabeza, se prepara para aferrarse al poder. Ya está negociando con los narco terroristas del eln, las farc, el clan del golfo, el tren de Aragua, los vándalos de la primera línea, los indígenas y muchos activistas que hoy, disfrazados de funcionarios públicos y sindicalizados, apoyan al monstruo.
Colombia –como ya lo he dicho en otras oportunidades–, se puede salvar, pero los colombianos de bien, los que amen la patria, la libertad y la Democracia, deben rechazar cualquier “candidatucho” de la izquierda porque todos son peligrosos.
¿Y los otros delitos?
A Álvaro Uribe Vélez se le configuraron tres delitos, pero la “jueza” en su gran “sapiencia” no tuvo en cuenta que Álvaro Uribe a “machetazo” limpio asesinó el Mar Muerto; con la complicidad de Pintuco pintó el Mar Rojo; fue además el autor intelectual y material de la muerte de Abel, crimen endilgado a Caín. Y en estos casos, la “jueza” debería haber recurrido al piojoso Iván Cepeda, testigo ocular de estos crímenes.
Colombia va rumbo al abismo; en tres años el psicópata y genocida no ha hecho nada bueno para el país. Lo saquea a través de innecesarias reformas tributarias; a decretazo limpio acabó con la salud, la educación, el programa Mi casa ya; sigue además expropiando las tierras de los campesinos para entregárselas a los narco guerrilleros y para abrirle espacio a los cultivadores y narcotraficantes de coca.
* Luis Hernando Granada C., Periodista, Publicista con más de 50 años de experiencia. Ex subdirector de la Revista El Congreso, ex Director y colaborador de varios medios de comunicación escritos, impresos y digitales. Autor de la Novela “El Imperio del terror” y de los libros “¿Y cómo es la vuelta?” y “La gran farsa de la izquierda” y Gestor Cultural del Tolima.
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