En una lujosa residencia, una joven y hermosa mujer recibe una llamada:
—Aló, buenos días.
—Sí, buenos días, por favor Esperanza…
—Sí con ella… ¿Con quién habló?
—Mira te habla Lucía, de la Escuela de Modelaje…
—Ah sí, dime…
—¿Si hablo con Esperanza?
—Sí señora, cuéntame…
—Mira Esperanza, lo que pasa es que tenemos un cliente que quiere vivir una fantasía sexual y te estoy llamando porque en tu hoja de vida nos hablaste de tu gusto por disfrazarte…
—Sí, es cierto… ¿De qué se trata?
—Mira, lo que pasa es que tenemos un viejo cliente que quiere tener una aventura con Caperucita Roja, es decir, que él quiere que la mujer que vaya a hacer el amor con él esté disfrazada de Caperucita Roja y pensamos que tú podrías prestar ese servicio…
—Y me imagino que él estará disfrazado de lobo feroz…
—Pues creo que sí; es un señor raro, ya de edad y quiere “comerse” a Caperucita Roja…
—Uy, qué miedo; tranquila, no hay problema. ¿A dónde tengo que ir o cómo debo actuar?
—Pues según instrucciones del señor, él te espera en el Hotel Astoria, habitación 203 y allí debe llegar Caperucita. Me imagino que tendrás que mostrarte asustada y tratar de huir de él. Es decir, tienes que demostrar las dotes teatrales de las que hablaste en tu información…
—Pierde cuidado, no hay problema. Dime la hora…
—Esta tarde a las cinco…
—Listo, allí estaré. Que tengas un buen día y gracias por tenerme en cuenta.
—De nada; por favor, se cumplida.
—Sí señora…
* * * * *
El reloj marcaba las cinco de la tarde y Esperanza Fandiño, disfrazada de Caperucita, entra a la habitación 203 del Hotel Astoria. Ya en su interior, encuentra encima de una mesita de noche, un pequeño sobre con dinero y una nota con instrucciones; sobre la cama una canasta con frutas y un traje de Caperucita.
Según las instrucciones, debía disfrazarse y subir a la suite nupcial. Ella ya iba disfrazada y no vio la necesidad de cambiarse. Toma el sobre y la canasta y sube a la suite, un recinto espacioso y previamente decorado con ambientación de bosque: Paisajes, hojas secas, ramas y todo lo que lo hacía parecer un bosque.
Caperucita entra tímidamente, pero se sobresalta al escuchar un gruñido:
—Grrrrrr, grrrr…
Caperucita mira a todos lados y ve al lobo, con sus ojos brillantes como echando candela. Su disfraz de lobo era perfecto, lleno de abundante pelo y con garras que parecían reales. De pronto el lobo se para sobre sus patas traseras, gruñe y aulla. Caperucita se asusta y empieza a gemir. Con voz infantil Caperucita empezó a moverse como huyendo mientras el lobo seguía gruñendo y comienza a corretearla:
—No, señor lobo, por favor, no me haga daño, voy para donde mi abuelita a llevarle estas frutitas…
—Grrrr, grrrr; tu abuela está muy vieja, es a ti a quien voy a devorar.
La voz del lobo sonaba gruesa y amenazante. No había duda que quería hacer real su papel para vivir su fantasía. Ya en dos oportunidades el cliente había vivido fantasías con la Mujer Maravilla y Gatubela.
—Grrrr, grrrr, ven acá mi niña, grrrr, grrr.
—No, no señor, no me haga daño…
Caperucita sigue corriendo por la estancia mientras el lobo sigue persiguiéndola, hasta que finalmente la alcanza, la domina y los dos caen al piso. El lobo la levanta entre sus brazos y la lleva a la cama. No había duda que el lobo estaba excitado y listo, tan listo que simplemente le quita los panty y para poseerla.
Fue un momento rudo y la posesión fue con tanta violencia que de un momento a otro el lobo cae al piso y se lleva las manos al pecho con señas de dolor.
Esta historia continuará…
N. de la R. Lo publicado anteriormente son fragmentos del Capítulo No. 25 de le novela “El Imperio del terror” de Luis Hernando Granada C. y la historia está basada en hechos reales sobre diversas y crueles situaciones que han vivido muchas jovencitas que, motivadas por el deseo de convertirse en modelos, terminan en el mundo de la pornografía.
SOBRE LA OBRA: “El Imperio del terror” es una novela de 400 páginas, producto de 40 años de investigación que narra varias historias que dejan al descubierto las malas actuaciones y las aberraciones de brujos, parapsicólogos, pastores, médicos, políticos corruptos, casas de modelos falsas y otra serie de personajes siniestros, garantizando en la misma cero ficción.
SOBRE EL AUTOR: Luis Hernando Granada C. es periodista, publicista y escritor con más de 50 años de experiencia, ex subdirector de la Revista El Congreso, ex Director y colaborador de varios medios de comunicación escritos, impresos y digitales. Autor además de los libros “¿Y cómo es la vuelta?” y “La gran farsa de la izquierda”; fundador y propietario de www.visiontolima.com y del blog https://literatosenlinea.blogspot.com/ y Gestor Cultural del Tolima.
