Escribe: Begoña Basterrechea Davo*.-
Las hormonas son mensajeros químicos extremadamente importantes que afectan a muchos aspectos de la salud. Y la gran pregunta es: ¿Cómo equilibrar las hormonas?
Las hormonas más importantes son la somatotropina u hormona del crecimiento, la tiroxina, la adrenalina, glucagón e insulina, estrógenos, progesterona y testosterona.
¿Que hacer para equilibrar las hormonas? Los tratamientos convencionales para los desequilibrios hormonales generalmente incluyen terapias de reemplazo de hormonas sintéticas, píldoras anticonceptivas, inyecciones de insulina, medicamentos para la tiroides, entre otras pastillas para equilibrar las hormonas.
Desafortunadamente, para la mayoría de las personas que padecen trastornos hormonales, confiar en este tipo de tratamientos sintéticos a menudo tiene tres efectos nocivos:
Crea personas dependientes de tomar medicamentos de forma crónica para mantener los síntomas bajo control. Enmascara los síntomas del paciente, pero no los resuelve. Es decir, el paciente seguirá desarrollando anomalías en otras áreas del cuerpo mientras progresa el trastorno. Causa un mayor riesgo de efectos secundarios graves (como accidente cerebrovascular, osteoporosis, ansiedad, problemas reproductivos, cáncer y otros).
1. Menos hidratos de carbono, más grasas saludables: Los alimentos que más ayudan a equilibrar las hormonas son aquellos que contienen grasas saludables, los que proporcionan ácidos grasos de cadena corta, media y larga. El organismo los necesita para crear hormonas, incluidas las grasas saturadas y el colesterol.
Las grasas esenciales son fundamentales para producir hormonas, mantener bajos los niveles de inflamación, estimular el metabolismo y promover la pérdida de peso.
Las grasas saludables tienen el efecto opuesto de los carbohidratos refinados, los cuales provocan inflamación y pueden alterar el equilibrio hormonal.
Cuatro alimentos que proporcionan grasas saludables antiinflamatorias
Aceite de coco bio: Poderoso hidratante para la piel y el cabello. Tiene efectos beneficiosos sobre la dislipidemia, y por extensión, sobre la salud cardiovascular. Entre sus principales componentes encontramos el ácido láurico, caprílico, cáprico y polifenoles.
Aguacate: Superalimento rico en vitaminas, minerales y ácidos grasos saludables, es un fruto que no puede faltar en nuestra dieta. Ayuda a regular la glucemia y el colesterol. Además, tiene propiedades antiinflamatorias.
Salmón salvaje: Conocido por su riqueza en aceites esenciales Omega 3, cuyas propiedades antiinflamatorias y cardioprotectoras están más que demostradas. Es una fuente de minerales y proteínas.
Frutos secos: Además de los aceites esenciales omega 3, los frutos secos son ricos en minerales, proteínas y una importante fuente de energía.
Diversos estudios demuestran que la suplementación con GLA puede ayudar a mantener niveles saludables de progesterona.
2. Suplementos de calidad para cubrir déficits nutricionales: Si bien una dieta saludable es clave para todos los aspectos de la salud, a veces es necesario suplementar para cubrir los posibles déficits nutricionales que pueden conducir a un desequilibrio hormonal.
Minerales: principalmente el magnesio. Está implicado en más de 300 funciones metabólicas, siendo fundamental para reducir la excitotoxicidad cerebral. Por esta razón es vital el aporte suficiente de minerales para una correcta función celular y mantenimiento de la homeostasis.
Vitamina D: Fundamental para el metabolismo óseo y sus principales propiedades son: antiinflamatorias, inmunoestimulantes, síntesis de hormonas esteroideas.
Probióticos: Importantes para la correcta función de nuestro tubo digestivo, además intervienen en la regulación de la inflamación, la salud intestinal y están estrechamente implicados en el eje intestino-cerebro, por lo que pueden modular nuestro estado emocional.
3. Abordar los desequilibrios emocionales: Según la medicina tradicional china, las emociones internas tienen un impacto directo en la salud de una persona y abordar los desequilibrios emocionales, los factores externos y las elecciones de estilo de vida pueden ayudar a prevenir las condiciones de salud asociadas con los desequilibrios hormonales.
Desde la psiquis-neuro-inmunología-endocrinología (PNIE) se estudian las interacciones que existen entre las hormonas y nuestro estado de alarma y comportamiento. Se ha observado que situaciones como la posición jerárquica en un entorno controlado condiciona los niveles de cortisol y testosterona plasmática. A su vez, la inmunidad también se ve comprometida en las sociedades jerárquicas, afectando sobre todo a los que se encuentran en las posiciones más bajas.
Lo mismo ocurre con el estado de ánimo. Los estados de depresión descienden las funciones orgánicas y los estados de dominancia sobrecargan el sistema cardiovascular.
Por ello, es importante mantener un equilibrio emocional si queremos que nuestras funciones endocrinas se mantengan estables o al menos no romper su equilibrio por una mala gestión de las emociones y el estrés.
Las emociones también pueden afectar a cómo nos alimentamos y viceversa, y esto a su vez influye en las funciones endocrino-metabólicas.
El equilibrio global es la mejor fuente de salud y el equilibrio social la mejor forma de mantener un entorno controlado y poco dañino.
4. No abusar de medicamentos y anticonceptivos: Son muchos los fármacos que pueden actuar como disruptores endocrinos. Por ello, es fundamental prescribir de forma apropiada y siempre el menor tiempo posible.
Se debe valorar el riesgo-beneficio cuando se pauta un fármaco, al igual que a la hora de utilizar anticonceptivos hormonales. Un uso correcto reduce el riesgo de desarrollo de efectos adversos graves, como pueden ser los desequilibrios endocrinos.
5. Sueño y descanso de calidad: 7-8 horas al día: La falta de sueño o no tener un descanso de calidad pueden provocar desequilibrios hormonales. No dormir adecuadamente se asocia a un incremento en los niveles de cortisol, la hormona del estrés. También afecta a los niveles de leptina y grelina, hormonas que controlan el apetito, lo que puede conducir a un aumento de peso.
La mayoría de las hormonas en un estado basal responden a la ciclicidad del día. Además, ante variaciones del entorno como situaciones de estrés de cualquier tipo, el organismo responde con un reajuste neuroendocrino. Esto nos indica que para mantener una correcta homeostasis es fundamental dormir el tiempo y en el momento adecuados.
Debemos trabajar nuestros mecanismos de gestión de las situaciones de estrés agudo, para reducir la transformación a estrés crónico que es altamente dañino.
Altos niveles de cortisol
El estrés (y sobre todo el estrés crónico o mantenido en el tiempo), altera de forma significativa nuestras funciones neuro-inmuno-endocrinas. Los ejemplos más claros son los relacionados con el cortisol. Esta hormona es capaz de alterar funciones fundamentales como la glucemia, la sensibilidad a la insulina, la tensión arterial, nuestro estado de sueño y vigilia o el metabolismo óseo, siendo primordial mantener sus niveles lo más bajos posibles.
El mejor recurso para ello (en los cuadros en los que no exista una patología subyacente) es: Gestión de las emociones, meditación, ejercicio físico saludable y correcta alimentación.
Además del cortisol, el glucagón, la adrenalina y el sistema simpático influyen neuroendocrinológicamente en la regulación circadiana y en la homeostasis orgánica.
Estas hormonas y neurotransmisores son fuente de cada vez mayor número de estudios para objetivar su relevancia en las enfermedades crónicas, el envejecimiento y el cáncer.
¿Es posible equilibrar las hormonas de forma natural?
La buena noticia es: sí, en muchos casos lo es. ¿Conoces algunas de las causas fundamentales de los problemas hormonales, así como las opciones de tratamiento: como equilibrar las hormonas de forma natural?
Causas y factores de riesgo de desequilibrios hormonales
Los desequilibrios hormonales son trastornos multifactoriales causados por una combinación de factores como: la dieta, historial clínico, genética, niveles de estrés y exposición a toxinas del entorno.
Algunos de los principales contribuyentes a los desequilibrios hormonales incluyen:
Alergias alimentarias y problemas intestinales: recientes investigaciones muestran que la salud intestinal juega un papel muy importante en la regulación hormonal. El síndrome del intestino permeable o la falta de bacterias probióticas beneficiosas pueden ser causantes de problemas hormonales, como la diabetes y la obesidad. Eso se debe a que la inflamación generalmente proviene del intestino y luego afecta a casi todos los aspectos de su salud.
Signos y síntomas del desequilibrio hormonal
Como saber si mis hormonas están equilibradas. Para ello es útil valorar qué signos y síntomas que indica desequilibrio hormonal debes tener en cuenta: Infertilidad y períodos irregulares, aumento o pérdida de peso, depresión y ansiedad, fatiga, Insomnio, bajo lívido, cambios en el apetito, problemas digestivos, pérdida y adelgazamiento del cabello.
Los síntomas de los desequilibrios hormonales pueden variar drásticamente según el tipo de trastorno o enfermedad que los provoquen. Algunos ejemplos: Alteraciones en la producción o sensibilidad a la insulina: Alteraciones de la tiroides: Alteraciones en la producción de esteroides suprarrenales: Alteraciones hipotalámicas:
Algunos problemas más concretos asociados con algunos de los desequilibrios hormonales más comunes incluyen: Dominio del estrógeno: cambios en los patrones de sueño, cambios en el peso y el apetito, mayor estrés percibido y metabolismo más lento.
Síndrome de ovario poliquístico (SOP): Infertilidad, aumento de peso, mayor riesgo de diabetes, acné, crecimiento anormal del cabello.
Estrógeno bajo: deseo sexual bajo, problemas reproductivos, irregularidad menstrual, cambios de humor.
Hipotiroidismo: metabolismo lento, aumento de peso, fatiga, ansiedad, irritabilidad, problemas digestivos, períodos irregulares.
Testosterona baja: disfunción eréctil, pérdida de masa muscular, aumento de peso, fatiga, problemas relacionados con el estado de ánimo.
Hipertiroidismo y enfermedad de graves: ansiedad, adelgazamiento del cabello, pérdida de peso, síndrome del intestino irritable, dificultad para dormir, latidos cardíacos irregulares.
Diabetes: aumento de peso, daño a los nervios (neuropatía), mayor riesgo de pérdida de visión, fatiga, dificultad para respirar, sequedad de boca, problemas de la piel.
Fatiga suprarrenal: fatiga, dolores y molestias musculares, ansiedad y depresión, problemas para dormir, confusión mental, problemas reproductivos.
¿Qué alimentos causan un desequilibrio hormonal?
Si te estás preguntando como equilibrar las hormonas, cuáles son los alimentos para equilibrar las hormonas, vamos a ponértelo más fácil. Estos son los alimentos que debes evitar: Azúcar, carbohidratos procesados, aceites refinados y productos procesados.
IMPORTANTE:
Evita aceites con alto contenido en grasas omega-6 (aceite de girasol, maíz, canola, soja y cacahuete, y cualquier otro refinado).
Consume alimentos ricos en omega-3 naturales (pescado salvaje, linaza , semillas de chía, nueces y productos de animales alimentados con pasto).
* Begoña Basterrechea Davo, Especialista en Biomedicina, Nutrición clínica y Medicina integrativa. Mi experiencia y formación me permiten abordar una perspectiva funcional de ver la salud. Una nueva forma de entender la salud del individuo. Salud digestiva, hormonal, metabólica, fertilidad y sistema inmune. El objetivo es encontrar el origen y la causa del problema para determinar el tratamiento óptimo para el paciente. Mi experiencia se basa en unir la ciencia y la nutrición para prevenir patologías y promover la salud global. Compagino la consulta con pacientes con mi actividad como docente universitaria en el área Pharma y Biotech y mi trabajo en Quinton Biotech Labs. Mi labor de divulgación se centra en la redacción de artículos especializados en el ámbito de la salud, la nutrición y el estilo de vida saludable. La perspectiva más ‘creativa’ me lleva al mundo de la formulación de nutracéuticos de alta calidad. Mi meta es ofrecer el conocimiento necesario para que el mayor número de personas posible pueda tomar las riendas de su salud y bienestar.
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