Escribe: José Gregorio Martínez*.-
Estos niños que fueron deportados de Ucrania de manera forzada han sido sometidos a “reeducación pro Rusia”, para luego mantenerlos durante seis meses en centros de alojamiento de “punto intermedio” hasta conseguirles una familia que los adopte. (Archivo)
Los niños sometidos a “reeducación pro Rusia” han sido repartidos por 21 regiones del país, según un informe del Laboratorio de Investigación Humanitaria de la Universidad de Yale. El sistema ruso de adopción y acogida forzada ha sido ordenado y facilitado por Vladímir Putin y la comisionada presidencial para los Derechos del Niño en la Federación Rusa, MarÍa Alekseyevna Lvova-Belova, quien además habría adoptado uno de estos menores.
Cuando la Corte Penal Internacional (CPI) emitió en marzo de 2023 una orden de arresto contra el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y la comisionada rusa para los derechos del niño, María Alekseyevna Lvova-Belova, por crímenes de guerra que incluyen deportaciones forzadas de menores de edad, no lo hizo sin pruebas. Ahora, el Laboratorio de Investigación Humanitaria de la Universidad de Yale comprueba que las fuerzas invasoras rusas han secuestrado a miles de niños en Ucrania y aporta otro dato no menos perturbador: muchos de ellos están siendo ofrecidos en adopción en portales en internet que son financiados por el propio Putin.
En el informe titulado “Programa sistemático ruso de adopción forzada y acogida de niños ucranianos” se han identificado los casos de 314 menores de edad, de los cuales al menos 208 han sido entregados en adopción o bajo tutela a ciudadanos en Rusia o han tenido un tutor ruso designado de manera temporal. Además, 67 de estos niños ucranianos han sido naturalizados como ciudadanos rusos. Los niños han sido llevados a 21 regiones de Rusia, donde se han entregado a familias o instituciones.
Las bases de datos con los perfiles de cada uno de estos niños ucranianos se publican en dos portales en internet: en el “banco de datos estatal de huérfanos y niños abandonados sin cuidado parental”, adscrito al Departamento de Educación ruso, y en el sitio web Change One Life, que han recibido fondos que provienen directamente del despacho de Vladímir Putin. El primero incluso es administrado por el Centro para el Desarrollo de Proyectos Sociales del gobierno ruso.
Bajo amenazas y “reeducación pro Rusia”
Estos niños que fueron deportados de Ucrania de manera forzada han sido sometidos a “reeducación pro Rusia”, según agrega el informe de la Universidad del Yale, para luego mantenerlos durante seis meses en centros de alojamiento de “punto intermedio” hasta conseguirles una familia que los adopte con nuevas identidades, en muchos casos con otros nombres, historias construidas y falsos registros de nacimiento en Rusia.
En el informe también se hace mención a testimonios de algunas víctimas que aseguran haber sido amenazadas por los funcionarios rusos para que cooperen o en caso contrario los separan de sus hermanos. Y es que, según datos recabados por el Laboratorio de Investigación Humanitaria de la Universidad de Yale, casi la mitad (46,6%) están con algún hermano en la base de adopción del gobierno ruso.
Incluso en los mencionados portales con las bases de datos se permite escoger a los niños según su lugar de procedencia, que en la mayoría de los casos son de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, cuatro regiones ucranianas bajo el control de los invasores y que Putin asegura haber anexado desde septiembre de 2022 mediante referendos ilegales. Se estima que 80,4% han sido sacados de Donetsk.
El sistema ruso de adopción y acogida forzada ha sido ordenado y facilitado por Vladímir Putin y la comisionada presidencial para los Derechos del Niño en la Federación Rusa, María Alekseyevna Lvova-Belova, según asevera el informe. Pero además la propia Lvova-Belova habría adoptado a uno de estos niños robados en Ucrania, según publicó este martes 3 de diciembre, el medio británico The Telegraph.
Para intentar ocultar la ilegalidad detrás de este programa, las agencias gubernamentales rusas han limitado la información que se ofrece al público, en muchos casos alterando datos meses después de creados los perfiles. También se han empleado psicólogos acreditados para justificar el perverso programa de adopción forzada.
Engañados con “campamentos” y “viajes educativos”
Las excusas para separar de sus padres a estos niños ucranianos van desde su participación en supuestos “campamentos” hasta “viajes educativos”. El año pasado se conocieron varios casos como el de Yevgueniia Kondratieva, de 15 años, quien se despidió el 7 de octubre de 2022 de su madre para irse a “descansar, divertirse con otros jóvenes y olvidarse por un tiempo de los bombardeos”, según le prometieron en su escuela en Jersón. Un supuesto paseo que duraría dos semanas. Sin embargo, luego le notificaron que no se trataba de unas simples vacaciones sino de “una evacuación”.
Tampoco se puede olvidar que en octubre del año pasado Yevgeny Balitsky, gobernador impuesto por el Kremlin en la ciudad de Zaporiyia, lanzó un “programa de viajes educativos” a Moscú y San Petersburgo en el que estimaba que participaran unos 2.500 niños. Pero organizaciones de derechos humanos denuncian que no es más que una fachada del plan de Putin para convertirlos en nacionalistas rusos.
Las autoridades ucranianas aseguran tener evidencias de que “más de 19.500 niños han sido secuestrados o deportados a la fuerza” desde que comenzó la guerra en Ucrania, pero estiman que incluso podrían ser más debido a la dificultad para tener acceso a información en las regiones ocupadas de Donetsk y Lugansk.
* José Gregorio Martínez, Periodista venezolano dedicado a las fuentes de Política y Economía. Editor jefe de PanAm Post. Experiencia previa en medios como NTN24, El Mundo Economía & Negocios, Diario La Verdad y Globovisión.