Escribe: Armando Colina*.-
Con las modificaciones planteadas a la Ley de Migración y Extranjería solo se pretende disimular un paquete chileno de xenofobia. (X)
Los socialistas, comunistas o progresistas en el Congreso chileno, que no han resultado favorecidos con el voto de los migrantes en los últimos procesos electorales, impulsan una modificación a la Ley de Migración y Extranjería para aumentar de cinco a diez los años de permanencia legal para que los extranjeros que residen en el país puedan votar.
Nuevamente se está llevando a cabo una modificación a la Ley de Migración y Extranjería de Chile. Entre varios de los aspectos más destacados que resultarán afectados resaltan el derecho al voto en elecciones nacionales, la nacionalidad y nuevas causales de expulsión. Extrañamente, tantos los sectores de izquierda como de derecha están totalmente de acuerdo en algo: ambos promueven la urgencia de dicha ley. Al respecto, hay que hacer varias consideraciones.
La Ley de Migración y Extranjería (LME) chilena garantiza el derecho al voto de los extranjeros que hayan cumplido cinco años como residentes regulares en el país, dando cumplimiento al artículo 14 de la Constitución Política de Chile. La nueva propuesta de modificación a dicha ley pretende que solo puedan votar en las elecciones nacionales los extranjeros que estén nacionalizados.
Lo anterior es un evidente retroceso a un derecho adquirido. Esta iniciativa nace de las propuestas de los socialistas, quienes apoyados por los comunistas, han mantenido una campaña insistente en contra del voto migrante luego de conocerse las estadísticas del Servicio Electoral (Servel), que muestran un aumento del voto de los extranjeros que residen legalmente en el país en los últimos años, y cuyos resultados tanto en los dos plebiscitos para el cambio de constitución como en las recientes elecciones de 2024 no han favorecido a estos sectores políticos.
Los extranjeros que tengan residencia legal en Chile pueden optar por la nacionalidad mediante la carta de nacionalización, de conformidad con el artículo 10 numeral 3 de la Constitución chilena. La Ley de Migración y Extranjería garantiza el derecho al voto de los extranjeros que hayan cumplido cinco años como residentes y establece en su artículo 84 que esta solicitud se realiza conforme al Decreto Supremo N° 5.142, donde se contempla que para ello solo hace falta que los extranjeros cuenten con (5) años de residencia regular y permanencia definitiva.
La nueva propuesta duplica el tiempo a diez (10) años. Las recientes declaraciones del director del Servicio Nacional de Migración, Luis Thayer, evidencian una postura xenófoba y personalista al generalizar la migración señalando que el pasaporte chileno no puede ser una herramienta fácil para ir a Europa o Estados Unidos.
Estas pretensiones demuestran que hay sectores que buscan desmejorar y perjudicar a los migrantes residenciados en Chile que están legalmente establecidos. Con las modificaciones planteadas a la Ley de Migración y Extranjería solo se pretende disimular un paquete chileno de xenofobia.
* Armando Colina, Abogado constitucionalista residenciado en Chile, asesor legal de migración.