Escribe: Luis Hernando Granada C.*.-
Un contundente jab de derecha, le dio Donald Trump a la izquierda estadounidense, pero los retos para el nuevo mandatario son grandes ante la crisis en que Joe Biden deja a Estados Unidos.
Siempre, cuando llega un nuevo presidente, a cualquier país, se esperan cambios que remedien la mala situación en que siempre los anteriores gobernantes dejan a sus conciudadanos. Por eso el triunfo de Donald Trump estaba casi cantado ante la inoperancia, la ineptitud y el populismo de Biden, un comunista que, como la gran mayoría, habla de Democracia mientras destruyen una nación…
No la tendrá nada fácil el nuevo mandatario, porque Trump tendrá que hacer muchos “ajustes” ante el caos reinante. ¿Pero qué podría esperar no solamente Estados Unidos si no el mundo en general? En primer lugar, la política internacional requiere de una reingeniería, porque no es solo el problema de la guerra en el Medio Oriente, sino el ajuste que debe hacer para evitar no solo el expansionismo chino sino el auge de los psicópatas de la izquierda, muchos de ellos, apoderados de varios países como Cuba, Venezuela y otros más, incluyendo a Colombia donde ya se han dado pasos criminales hacia una dictadura, porque la guerra y la incertidumbre, junto a la pobreza y a los desmanes, se tejen a diario.
Sin detallar demasiado, Trump hizo una serie de anuncios y bien vale la pena tener en cuenta las políticas o acciones basadas en los principios de no intervencionismo y proteccionismo comercial, o como él mismo lo dijo: “América primero”.
Por eso cabe preguntarse: ¿Trump seguiría apoyando a Ucrania? En repetidas oportunidades, Trump ha censurado los millones de dólares de ayuda militar que los Estados Unidos ha enviado a Ucrania desde la invasión a gran escala de Rusia en el 2022. En este sentido, cumplirá Trump su promesa de ponerle fin a la guerra “en 24 horas” si llegase a ser elegido… Hoy ya está elegido… ¿Por dónde empezará su plan?… ¿A partir de qué momento empezarán a transcurrir esas “24 horas”? No sería nada grato albergar el temor de que el nuevo mandatario de los Estados Unidos, ejerza presión sobre Ucrania para que ceda territorio a Rusia.
Aquí el detalle a analizar es que el primer ministro húngaro Viktor Orban, dijo que Trump “no dará ni un céntimo” a Ucrania de ser elegido, después de reunirse ambos en Florida en marzo. A este respecto Trump le dijo a la revista Time: “No daría más dinero, a menos que Europa comience a equipararse (con lo que da Estados Unidos), agregando que iba a “tratar de ayudar a Ucrania”, pero que Europa “no estaba pagando su parte justa”. ¿Parte justa?
También hay que tener en cuenta que, en una encuesta publicada el 8 de mayo por el Pew Research Center, el 49% de los republicanos encuestados dijo que Washington estaba gastando demasiado en Ucrania, en comparación con el 17% de los votantes demócratas.
Veamos otro aspecto relacionado con la posibilidad de que Trump retire a Estados Unidos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y teniendo en cuenta su enfoque de campaña: “Estados Unidos primero”. En campaña Trump a menudo sostuvo que retiraría a Estados Unidos de dicha organización si otros miembros no cumplían con el objetivo acordado de gastar el 2% del producto interno bruto (PIB) en defensa. Según las reglas de la OTAN, cualquier ataque a un país miembro se considera un ataque a todos los países del bloque.
Pero en febrero de este año, Trump dijo que no protegería a un país que “no pagara” y que alentaría a Moscú para hacer “lo que les dé la gana” con él. Es más, en su página web durante su campaña Trump dijo que su objetivo es “reevaluar fundamentalmente” el propósito y la misión de la OTAN.
Muchos sostienen que las declaraciones de Trump en este sentido, son solo “bravuconadas” para buscar, con esta Táctica, conseguir que todos los miembros cumplan las directrices de gasto en defensa de la alianza.
Otro punto preocupante, se refiere a sus declaraciones con referencia a la deportación de migrantes. En este sentido el nuevo mandatario sostuvo que desde el primer día de su mandato, “comenzará la mayor operación de deportación interna en la historia de Estados Unidos”. Con esto pretendería, deportar a los indocumentados y de paso librar una guerra contra los cárteles de la droga mexicanos.
“Además de intentar deportar a millones de inmigrantes no autorizados, muchos de los cuales han vivido en Estados Unidos durante décadas, Trump busca reducir la inmigración legal”, explicó Doris Meissner, ex comisionada del ahora extinto Servicio de Inmigración y Naturalización de Estados Unidos, ahora experta en el Instituto de Política Migratoria con sede en Washington DC.
Obviamente, frene a la deportación masiva que pretende Trump, podrían ponerse de presente las barreras legales para sus planes, como sucedió durante su primer mandato, cuando los tribunales intervinieron en decisiones como las prohibiciones de viaje… Valdría la pena preguntarse: ¿El gobierno tiene los recursos para detener y expulsar a las personas inmigrantes tal como Trump prometió? El problema no está fácil de solucionar, porque el primer paso en una mente abierta, ágil y decidida, es luchar contra el comunismo, socialismo o progresismo con que muchos psicópatas gobiernan sus países, porque son justamente, estas dictaduras, las que obligan a los ciudadanos a abandonar sus naciones. En este punto debo anotar, que es excelente, dinámico y muy útil la política americana cuando dice que “no negocia con terroristas”, porque es absurdo, sentarse a la mesa con criminales para “dialogar” con ellos, mientras ellos, aprovechan estas debilidades para fortalecerse, armarse mejor y seguir creciendo con sus criminales planes.
Pero pasemos ahora a analizar, las posiciones y promesas de Trump frente al problema en el Medio Oriente. Recordemos que al igual que con Ucrania, Trump ha prometido llevar la “paz” a Medio Oriente, dando a entender que pondría “fin a la guerra” entre Israel y Hamás en Gaza y a la guerra entre Israel y Hezbolá en Líbano. En este sentido Trump no ha dicho cómo lo lograría. Afirmó incluso, que “si hubiera estado en el poder en lugar de Joe Biden, Hamás no habría atacado a Israel debido a su política de máxima presión sobre Irán, que financia al grupo criminal.
Difícil, muy difícil la tendrá Trump, porque lo único que, como habitantes del planeta hemos contemplado, impávidos e impotentes, es que la subversión, los desadaptados, los criminales, cada día se fortalecen porque las leyes son laxas y muchos gobernantes, apoyan incluso, con medidas absurdas a estos grupos sediciosos.
Saliéndome un poco del tema americano, analicemos brevemente lo que en Colombia está haciendo uno de esos desadaptados; me refiero concretamente a Gustavo Petro, el psicópata “presidente”, que cada día le otorga más poderes a la delincuencia, reduciendo y acabando con el poder de la fuerza pública y condecorando incluso a criminales junto a los verdaderos héroes de la patria; pretendiendo comprar los cultivos de coca dizque con “fines científicos”; patrocinando a los vándalos de la “primera línea” y las llamadas “guardias indígenas”, para los cuales les creó el Ministerio de la Igualdad, para garantizarse votos hacia el futuro. Esto lo único que indica es que se deben combatir, en primer lugar, a todos estos grupos criminales y terroristas para que los países no solamente puedan ser libres, sino que, además, puedan avanzar para mejorar la economía de sus países.
Pero regresemos al tema Trump, porque hay que analizar cómo serían reformadas o “deformadas” las relaciones de Estados Unidos con China. El expansionismo chino invade el planeta, las acciones y modelos de importación y exportación comercial, afectan principalmente a Estados Unidos y desde luego a muchos países. Los Tratados de Libre Comercio deben ser revisados porque no se justifica que los países estén importando productos que se producen en sus territorios porque esto afecta la producción y la economía; tampoco se puede aceptar la invasión china con sus robots, los cuales podrían ser aceptables en algunos casos, pero sin llegar al punto de quitarle el trabajo a personas de otros países.
El avance tecnológico es muy bueno, excelente, dinámico y aplicable, pero sin exceder los límites, porque ya estamos viendo que la IA está reduciendo la fuerza laboral al dejar sin trabajo a millones de personas en el mundo. Y no se trata de acabar ni renunciar a dichos avances tecnológicos, sino a moderarlos y aplicarlos solo en casos de utilidad estrictamente necesaria.
En su mandato anterior, Trump desencadenó una guerra comercial con China, calificando a este país, de “competidor estratégico”, y en dicha oportunidad, Trump subió los aranceles a varios productos chinos que pretendían llegar a Estados Unidos, pero ahí se inició un conato de guerra porque Pekín impuso aranceles a las importaciones estadounidenses.
Pienso yo, que no se trata de pelear y desatar guerras comerciales absurdas; lo ideal sería revisar estos “tratados”. No se trata tampoco de subir los aranceles, aunque sea una excelente medida. Se trata es de importar lo que los países no produzcan, porque importar lo que se produce, es destruir las economías de esos países que importan lo que producen y desde luego, no necesitan.
Y me regreso de nuevo a Colombia, un país que produce arroz, cebada, trigo, toda una inmensa variedad agrícola, artesanal, mineral, etc., pero, absurdamente Colombia sigue importando productos innecesarios.
La industria textil colombiana, superior a la China, a la de Taiwán, a la de Estados Unidos, se vino al piso cuando los gobernantes decidieron importar trajes y elementos innecesarios en esta área. Tenemos petróleo, gas, hidrocarburos, pero con una absurda medida del “presidente”, empezaremos a importar estos productos, desde otros países, en muchos casos, para favorecer alianzas criminales.
Y desde luego que Donald Trump tiene más retos, pero los analizaré en nuestra próxima actualización.
* Luis Hernando Granada C. Periodista y Publicista con más de 50 años de experiencia, Exsubdirector
de la Revista El Congreso, Fundador y propietario de www.visiontolima.com colaborador de varios medios digitales
e impresos y autor de la novela “El Imperio del terror” y los libros “¿Y cómo es la vuelta”?
y “La gran farsa de la izquierda” y Gestor Cultural del Tolima.
E-mail: visiontolima@hotmail.com
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