Escribe: Gabriela Moreno*.-
Las cifras del déficit eléctrico en Cuba revelan el grave desequilibrio entre la capacidad de generación y la demanda, dejando pocas esperanzas a corto plazo para la isla, donde la oscuridad persiste. (PanAm Post)
Esconder la incapacidad del sistema para abastecer a la población es la opción tomada por la administración del comunista Miguel Díaz-Canel, quien pretende evitar una nueva ola de manifestaciones en su contra, así como también contrarrestar el descenso en las cifras de turistas en lo que resta del año.
El régimen cubano intensifica sus maniobras para contener el creciente descontento por los constantes apagones, que este martes 29 de octubre sumieron en la oscuridad al 50,4% de la isla, tras el del 51% registrado previo al colapso energético que desconectó el país durante tres días hace dos semanas. Desde el castrismo atribuyen la situación a “labores de mantenimiento parcial” en la red eléctrica, para justificar al menos diez días más de cortes, evidenciando así el profundo déficit en las estaciones generadoras del país.
Esconder la incapacidad del sistema para abastecer a la población es la opción tomada por la administración del comunista Miguel Díaz-Canel, quien pretende evitar una nueva ola de manifestaciones en su contra, así como también contrarrestar el descenso en las cifras de turistas en lo que resta del año.
La orden de la dictadura a la Unión Eléctrica de Cuba (UNE) es aparentar eficiencia, en medio de la crisis que provoca el déficit eléctrico. El ente ya cumple la instrucción a través de sus redes sociales, en las cuales ahora informa la inoperatividad de la Central Termoeléctrica (CTE) Lidio Ramón Pérez, conocida como Felton, para ejecutar su “mantenimiento planificado e impostergable” hasta el próximo 9 de diciembre.
La Unión Eléctrica (UNE) anunció que durante el periodo señalado realizará labores de mantenimiento, como el lavado de condensadores y calderas, para mejorar el suministro energético. Con estas acciones, el gobierno busca mitigar el impacto de la inactividad de varias plantas generadoras clave, incluidas la Felton y tres unidades más: la unidad 2 de la CTE Santa Cruz, la unidad 5 de la CTE Renté y la unidad 3 de la CTE Cienfuegos.
Parte de una crisis que empeora
La manipulación del déficit eléctrico por el régimen cubano es casi inútil cuandoel último parte de la Unión Eléctrica reconoce la generación de 1670 MW frente a una demanda 2400 MW. “En el horario de la media se estima una afectación por déficit de 1050 MW, concentrado en la zona centro oriental por altas transferencias hacia esa zona”, añade el reporte.
Además, por escasez de combustible 70 centrales de generación que suman 406 MW también están fuera de servicio, incluida la patana de Santiago de Cuba con 89 MW, que juntas representan un total de 495 MW menos disponibles. Ningún pronóstico es alentador a corto plazo cuando en promedio la red de abastecimiento sólo puede producir 1820 MW para una demanda máxima de 3150 MW. “De mantenerse las condiciones previstas, se pronostica una afectación de 1400 MW, con mayor incidencia en la zona centro oriental”, subraya la UNE. El problema es grave, considerando que 1400 MW representa al 40% del consumo nacional promedio.
Luz con pocas esperanzas
Las cifras del déficit eléctrico en Cuba revelan el grave desequilibrio entre la capacidad de generación y la demanda, dejando pocas esperanzas a corto plazo para la isla, donde la oscuridad persiste. La planta Felton 1, que genera más de 200 MW, ya pasó por un supuesto mantenimiento en mayo que provocó apagones de hasta 20 horas diarias en algunas regiones. Aunque volvió a operar en junio, sufrió dos nuevas averías que la dejaron fuera de servicio por otras dos semanas.
Si a ello se agrega el apagón masivo del 18 de octubre, que paralizó a la isla por cinco días, “lo peor puede estar por venir”, vaticina en su columna de Miami Herald, Andrés Oppenheimer. Todo indica que el turismo, una de las principales fuentes de ingresos del país, caerá en los próximos meses. Aunque el suministro eléctrico ha sido restaurado parcialmente en partes de la isla, ¿quién irá a un país con cortes de energía constantes, donde a la gente se le pudre la comida en sus refrigeradores, y donde los cajeros automáticos, como casi todo lo demás, están cerrados hasta nuevo aviso? La sensatez da para una única respuesta: nadie.
* Gabriela Moreno, Periodista venezolana residenciada en Chile. Egresada de la Universidad del Zulia.
Experiencia como editora y productora de contenidos para medios impresos y digitales con énfasis
en las fuentes de política e internacional.