Escribe: José Gregorio Martínez*.-
Influencers como el argentino Michelo y la guatemalteca Nety Marroquín, que se han paseado en los últimos días por Caracas para ayudar a Nicolás Maduro a desviar la atención del fraude del 28 de julio, son las mismas que llaman a participar en las manifestaciones convocadas por Gustavo Petro.
No es casualidad que Gustavo Petro haya dejado de pedir las actas de las elecciones a Nicolás Maduro y que su partido, el Pacto Histórico, se haya opuesto en el Congreso colombiano a reconocer a Edmundo González como el presidente electo de Venezuela. Al heredero del chavismo le funcionó solidarizarse con el supuesto golpe de Estado que denuncia el presidente colombiano y ahora hasta comparten los mismos creadores de contenido que les lavan la cara en las redes sociales.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, evidenció la razón de su postura tibia y complaciente con el fraude electoral en Venezuela luego de haber pedido que se mostraran las actas y haber pasado la página en los últimos días, haciéndose cómplice de Nicolás Maduro con su silencio. Y es que el inquilino de la Casa de Nariño ha decidido huir hacia adelante, repitiendo el mismo guion de su aliado venezolano al sentirse acorralado por haber violado los topes de financiamiento de su campaña, según determinó el Consejo Nacional Electoral (CNE) colombiano, escudándose con denuncias de supuestos golpes de Estado en su contra y usando los mismos influencers que se pasean por Caracas para que le ayuden a agitar las calles en Bogotá para así intentar desviar la atención de la opinión pública.
Si algo ha quedado claro es que la coherencia no es lo suyo y que sus propias palabras demuestran sus contradicciones. Así, desde la oposición, el Gustavo Petro que increpaba públicamente al entonces presidente Iván Duque para que respetara la decisión de los jueces y aseguraba que un solo voto conseguido de manera fraudulenta anulaba una elección, hoy, desde la Presidencia, opta por alborotar las calles frente a las evidencias que, según el artículo 109 de la Constitución, comprometen su investidura como jefe de Estado.
Petro y Maduro con los mismos influencers
Es solo la misma mafia la que este jueves 19 de septiembre convocó a los seguidores de Petro para que se manifestaran –previo pago–, en contra de lo que él ha calificado como un “golpe de Estado”, atendiendo al llamado del propio mandatario colombiano. Se trata del mismo libreto implementado por el chavismo en Venezuela durante más de dos décadas para evitar rendir cuentas. Por ello, no es casualidad que Petro esté usando a los mismos influencers extranjeros que han visitado en los últimos días la capital venezolana para intentar lavarle la cara al dictador tras el fraude cometido el 28 de julio.
Aparentemente no ha sido suficiente con la enorme nómina de influencers locales –puestos varios de ellos en cargos públicos para financiarlos con dinero del Estado– cuando hoy vemos cómo Gustavo Petro divulga un video con estos extranjeros dedicados a crear contenido político en redes sociales para que le ayuden a reforzar su mensaje. No es casualidad que entre estos aparezcan el argentino Michelo y la guatemalteca Nety Marroquín, que vienen de reunirse con Nicolás Maduro y Diosdado Cabello en Venezuela, tras haber hecho el mismo trabajo para el régimen chavista.
Tampoco es casualidad que el gobierno colombiano haya dejado de pedir las actas a Maduro y que su partido, el Pacto Histórico, se haya opuesto en la Cámara de Representantes a la moción aprobada por mayoría el lunes, con la que se insta al presidente Gustavo Petro a reconocer a Edmundo González como el presidente electo de Venezuela, según demuestran las únicas actas publicadas, alegando que “ni al Congreso ni al presidente le corresponde declarar quién es el presidente electo de otro país”.
El anzuelo de la solidaridad automática de la izquierda
Mientras tanto, el activista y militante del Pacto Histórico de Gustavo Petro, David Porras, se reúne en Caracas con Maduro junto a otros influenceres extranjeros, entre estos el mencionado Michelo, tras haber grabado videos en sitios controlados de la capital venezolana como estaciones del metro o la icónica plaza Altamira para mostrar una aparente normalidad en el país, con el fin de ayudarle a pasar la página y que el mundo se olvide del fraude denunciado por observadores acreditados por el propio CNE venezolano como el Centro Carter y la Misión de Observación de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Todo indica que a Nicolás Maduro le ha funcionado la solidaridad automática expresada a su aliado colombiano frente al supuesto “golpe de Estado” que enfrenta para así comprar su silencio y ponerlo de su lado tras haberle pedido mostrar las actas. Ahora cierran filas para atrincherarse y repetir el mismo libreto compartiendo hasta los mismos influencers que difunden el mismo guion de ambos lados de la frontera despilfarrando recursos de los colombianos y los venezolanos.
* José Gregorio Martínez, Periodista venezolano dedicado a las fuentes de Política y Economía. Editor jefe de PanAm Post. Experiencia previa en medios como NTN24, El Mundo Economía & Negocios, Diario La Verdad y Globovisión.