Escribe: José Gregorio Martínez*.-
“La riqueza no está en la jornada larga de trabajo. No engañen más al pueblo, la riqueza está en el tiempo libre para disfrutar la vida”, dijo Gustavo Petro frente al reducido grupo de seguidores que lo acompañó en la plaza de Bolívar.
El presidente colombiano propuso reducir la edad de jubilación sin explicar cómo el Estado podrá pagar pensiones a más personas sin trabajar con menos cotizando. Este delirio lo soltó poco después de que el Consejo de Estado le ordenara disculparse con todos los que ha llamado “asesinos” por manifestar su descontento con el gobierno gritando “¡Fuera Petro!” y mientras la asistencia a su manifestación de este jueves 19 de septiembre con el supuesto golpe de Estado en su contra era visiblemente escasa.
Los delirios del presidente de Colombia, Gustavo Petro, no tienen límites. No conforme con haber convocado a una marcha en apoyo a su denuncia de que le quieren dar un supuesto golpe de Estado por la investigación que llevó al Consejo Nacional Electoral (CNE) a determinar que su campaña violó los topes de financiamiento, el mandatario izquierdista insistió en que existe un presunto plan para asesinarlo y propuso rebajar la edad de jubilación en el país, sin explicar de dónde saldrán los recursos para el Estado mantener a una mayor cantidad de personas sin trabajar.
Quizás fue el fracaso de la convocatoria lo que llevó al jefe de Estado colombiano a soltar tantas barbaridades juntas. En un recorrido de PanAm Post por la plaza de Bolívar de Bogotá, donde se concentrarían todos los manifestantes que marcharon desde varios puntos de la ciudad, se pudo observar la baja asistencia, pese a haber llenado gran parte del espacio con carpas y toldos en los que se vendía artesanía, libros y comida. También llamó mucho la atención la presencia de más banderas de Palestina y del M-19 que de Colombia.
Conversamos con varios de los manifestantes, quienes repiten el mismo discurso de Petro sobre el supuesto golpe de Estado en marcha, pero haciendo insólitos señalamientos sobre los presuntos responsables: los medios de comunicación y el Congreso, por no aprobar sin cuestionamientos todas las polémicas reformas del mandatario colombiano, ignorando la separación de poderes y olvidando que durante el gobierno del presidente Iván Duque, desde la oposición, Petro lideró un paro que se extendió por más de dos meses para impedir que se aprobara la reforma tributaria propuesta entonces por el Ejecutivo.
Vivir sabroso, ¿del Estado?
Ahora, el presidente Gustavo Petro, que insiste con la tesis del golpe de Estado e invita a sus seguidores a propagar su mensaje, pretende presionar en las calles a la Corte Constitucional para que no ponga obstáculos a la reforma pensional, que está bajo revisión del alto tribunal, y sube además la vara con otro de sus delirios populistas. “Yo sí creo que la humanidad debería ver que en vez de aumentar la edad de pensión lo que deberíamos ya estar discutiendo en todo el mundo es cómo se reduce”, dijo el líder izquierdista frente al reducido grupo de seguidores que lo acompañó en la plaza de Bolívar.
“Esa porquería metida en la cabeza nos lleva a pensar que la vida del ser humano es trabajar, trabajar y trabajar. ¡Qué va! ¡Que equivocación tan garrafal!”, fueron las palabras textuales de Petro en su más reciente delirio socialista cargado únicamente de buenos deseos, pues seguramente quienes lo aplaudían no razonaban que al reducir la edad de jubilación también disminuyen las cotizaciones de donde salen los recursos para financiar las pensiones.
Actualmente, la edad para pensionarse en Colombia es de 62 años para los hombres y 57 años para las mujeres, lo cual ya está por debajo de la media en los 27 países de la Unión Europea que se ubica en 65 años.
Promover la mediocridad e improductividad ha sido una de las principales herramientas del socialismo para hacer que los ciudadanos dependan cada vez más del Estado. Por eso Gustavo Petro prácticamente desincentiva la generación individual de riqueza al asegurar frente a sus seguidores que “las largas jornadas de trabajo son para esclavos”. En ese mismo orden de ideas lanzó un pedido delirante: “No engañen más al pueblo, la riqueza está en el tiempo libre para disfrutar la vida”.
¿Ni loco ni paranoico?
Sobre el supuesto golpe de Estado para derrocarlo, pese a que le falta menos de dos años para terminar su mandato, Petro reiteró que “Es cierto que a Petro lo quieren matar”, citando al embajador estadounidense en Colombia, Francisco Palmieri, ya que según el jefe de Estado colombiano, “los gringos” van a defenderlo. “Yo no sé si pueda lograr que no me maten, yo tengo ahí un ángel San Gabriel grandísimo que hasta ahora no ha dejado que me maten”, agregó mientras aseguraba que no está ni “paranoico” ni “loco”, esto justamente ante los recientes episodios que han hecho dudar sobre su estado de salud mental.
Y es que en otro de sus tantos delirios, el presidente colombiano llamó recientemente “asesinos” a quienes gritan en cualquier espacio público “¡Fuera Petro!” o muestran un cartel con esta consigna, como ha ocurrido en eventos deportivos como partidos de fútbol por las eliminatorias sudamericanas y en los encuentros de la pasada Copa América que se celebró en Estados Unidos.
Pero lo que inicialmente fue una muestra de abuso de poder, este jueves 19 de septiembre se convirtió en otro revés para el mandatario, ya que el Consejo de Estado, máximo tribunal de lo contencioso administrativo, le ordenó disculparse públicamente con los colombianos tanto a través de cuenta personal en la red social X como en la de la Presidencia y en la del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre) con el fin de “amparar los derechos fundamentales a la libertad de expresión, a la protesta, a la participación política y a la oposición de los ciudadanos que han utilizado la frase ‘fuera Petro’ como acto de inconformidad política”.
Si bien Petro acató la orden, la disculpa no vino sola. En el mensaje insistió con su tesis de manera figurativa en que este tipo de manifestaciones ciudadanas apuntan a un asesinato. “Las personas que gritan ‘fuera Petro’ no son asesinos disculpen. Pero sin ser mis electores, quieren que se pase por encima del voto popular mayoritario en Colombia y eso es asesinar la democracia”.
* José Gregorio Martínez, Periodista venezolano dedicado a las fuentes de Política y Economía. Editor jefe de PanAm Post. Experiencia previa en medios como NTN24, El Mundo Economía & Negocios, Diario La Verdad y Globovisión.