Escribe: Luis Hernando Granada C.*.-
Colombia venía de “ala caída”, con problemas, –como en todos los países–, pero la desgracia llegó con el comunismo simulado de un psicópata y criminal reconocido.
Gustavo Petro, delincuente desde los 17 años, –época en que asaltaba camiones y negocios en Zipaquirá y participaba no solo en robos y atracos sino en eventos de baja reputación a nivel sexual–, no ha hecho nada positivo a favor y en beneficio para nuestro país.
Los medios –solo algunos porque otros están enmermelados–, hablan del aumento de masacres, de inseguridad con impunidad, de extorsiones, secuestros, falsedad en las promesas de “un cambio en reversa”, del auge y crecimiento de los cultivos y exportación de cargamentos de coca y marihuana y de reformas, –todas ellas criminales–, y de beneficio para la mafia transnacional comunista/socialista.
Llegó a la presidencia hace dos años, con muchas patrañas y acciones ilícitas –propias solo de los comunistas, izquierdistas o progresistas–, que poco a poco se han venido descubriendo, como los dineros que llegaron a manos de su propio hijo Nicolás; como el gran negociado en la Guajira por parte de la UNGRD, que supera cualquier expectativa, a nivel de corrupción petrista.
Las agresiones de un psicópata
Considero que la primera agresión a la patria y/o a los colombianos, fue la degradación y humillación a las fuerzas armadas, integradas por el Ejército y la Policía Nacional. Y eso no es “gratis”, porque la idea del psicópata es desmantelar las Fuerzas Armadas para ir armando sus “colectivos petristas”.
Como todos lo sabemos, de acuerdo a la Constitución, el Ejército tiene la responsabilidad de garantizar la soberanía nacional y la integridad territorial, mientras que la Policía debe responder por el control del orden interno.
En la Constitución aparece el artículo 217 que dice: “La Nación tendrá para su defensa unas Fuerzas Militares permanentes constituidas por el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea. Las Fuerzas Militares tendrán como finalidad primordial la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y del orden Constitucional”.
Vale la pena resaltar los artículos 1 y 2: “La Fuerza Pública está integrada en forma exclusiva por las Fuerzas Militares y la Policía Nacional”… El artículo 2 dice: “La Nación tendrá para su defensa unas Fuerzas Militares permanentes constituidas por el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea”.
Lo anterior quiere decir, que el psicópata violó estos artículos, a su modo y acomodo y de acuerdo a sus planes futuros de integrar miembros de la guerrilla supuestamente “desmovilizados” para que les sirvan a sus intereses como sucede en Venezuela como los colectivos chavistas.
A le fecha, un promedio de 23.000 miembros del Ejército y la Policía han abandonado estas instituciones; unos por decreto y otros porque fieles a su compromiso con el pueblo prefirieron renunciar antes que traicionarlo.
El Ministerio más obsoleto del régimen
No cabe duda que ese “ministerio” es el llamado de “la Igualdad”, un bodrio anti constitucional, que se inició con 702 “funcionarios”, pero que ahora supera un total de 774 “funcionarios”, dizque “trabajando”, pero que a la fecha no han presentado un solo proyecto de ley. Esto deja claro que todos estos “funcionarios” –la mayoría activistas peristas–, no son más que votos que el psicópata va comprando y que fácilmente puede ir multiplicando por tres.
La nómina de este “ministerio”, asciende a más de $ 3.000 millones de pesos mensuales, y como todos sabemos, está encabezado por la “nadie” Rancia Márquez. Y mientras ellos “viven saboroso” los niños de La Guajira, del Chocó y del resto del país, devoran las migajas que caen los mafiosos que manejan el presupuesto y el PAE, cuyos recursos quedan en manos de los intermediarios mafiosos del régimen.
La JEP, cuna de impunidad para criminales
La llamada Jurisdicción Especial para la Paz –similar a la Comisión de Absoluciones de la Cámara de Representantes–, es otro bodrio anti constitucional que fue impuesta por el camarada Chucky Santos y de cuyo recinto o guarida, jamás saldrá un antisocial con orden de captura, porque la ley que ellos imponen, solo es para condenar soldados y policías.
Lamentablemente, la JEP funcionará, según lo dispuesto en el artículo 34 de la ley 1957 de 2019, por un periodo de diez años, y podría contar con una segura prórroga posterior de cinco años más para concluir su actividad. ¿Bonito, cierto? Qué manera tan chévere de alimentar parásitos con los dineros de nuestros impuestos.
¿Y cuánto les cuesta a los colombianos mantener ese bodrio? Al cierre de abril de 2022, la JEP registró compromisos por $173.546 millones, obligaciones por $93.604 millones y pagos por $93.562 millones; al cierre de mayo 2023, la JEP registró compromisos por $269.720 millones, obligaciones por $139.881 millones y pagos por $139.438 millones. Del 2024 aún no hay datos porque la izquierda es muy cautelosa para tapar sus heces.
Pero bueno; si tienen una buena calculadora, hagan ustedes mismos las cuentas del despilfarro y ni se les ocurra preguntar por qué tanto desmadre, porque a lo mejor, sale la “nadie” a contestarles: “De malas”.
Y mientras eso sucede, el psicópata ya anda anunciando a través de sus esbirros, una nueva reforma tributaria que será tres veces superior a la que ya impuso porque “dinero no hay”.
Los influencers del matoneo, la mordaza a la prensa y la publicidad engañosa
Hace unos tres años, en plena campaña, se hablaba de más de 2.000 influencers, por lo general jóvenes y activistas mamertos dedicados a criminales acciones a través de las redes, como el matoneo contra los que no estuvieran de acuerdo con las propuestas del psicópata, o ahora, con las “medidas” del régimen, los periodistas que denunciábamos las atrocidades del “gobierno” y obviamente, dedicados a publicar publicidad engañosa.
Estos influencers carcomen el presupuesto nacional –es decir, los impuestos de los colombianos–, llevándose la “bobadita” de 665 millones, solo en este año para jóvenes dedicados –como ya lo dije–, al matoneo a la prensa, la defensa de lo indefendible y a replicar la publicidad engañosa: tierra para los campesinos que jamás la reciben porque la tierra es para los guerrilleros; educación gratuita que no ha existido, porque más de una traba le colocan al ingenuo que sueña con capacitarse gratuitamente; mejoras en una salud a la cual ya le aplicaron la eutanasia y reivindicación para algunos colectivos como el feminismo, el homosexualismo y otros grupos.
Para rematar, ahora al psicópata se le ocurrieron dos “brillantísimas” ideas; la primera, reformar el escudo nacional. Me imagino, que el cóndor desaparecerá y allí aparecerá un asqueroso buitre, que sería una excelente representación del comunismo; la corona de Laurel será reemplazada por una rama de coca y en la cinta ya no aparecerá “libertad y orden” sino “represión y muerte”. Recordemos que en Cuba es: “revolución o muerte”.
Pero sigamos bajando para encontrar una granada y dos cornucopias de donde emergen riquezas; estas podrían ser cambiadas por Petro, por un par de bolsas del dinero ilícito que maneja a diario. Más abajo, sobre una franja de color platino, aparece un gorro frigio que podría ser cambiado por el sombrero ensangrentado del criminal Pizarro que incluso ya aparece en una urna ubicada en el Congreso de la República. En la franja inferior, aparece el istmo o Canal de Panamá, que ya no pertenece a Colombia, pero que el psicópata podría cambiar por la isla de San Andrés, mientras que los buques podrían quedar, pero llenos de la coca que de Colombia sale al exterior.
Faltaría hablar de las banderas que rodean el blasón; son cuatro banderas de Colombia, que el psicópata podría cambiar por las banderas del M-19, la de las farc, la del eln, o en su defecto, la que distingue a los homosexuales y depravados del LGTB XR Y y Z, debido a que él es muy afín a este movimiento.
Para concluir, tendría que hablar de la última “perla” o idea brillante del psicópata: Recibir y atender a los narcoguerrilleros heridos, en el Hospital Militar. ¿En qué cabeza cabe, mezclar en un mismo sitio a víctimas y victimarios?… ¿Eso no sería como despertar el odio y los deseos de venganza entre unos y otros?… ¿Acaso Colombia no tiene más centros de atención hospitalaria para enviar y atender a los criminales?
Vamos mal, muy mal, pero, aun así, el psicópata quiere imponernos una reforma constitucional que le garantizaría seguir n el poder para apoderase definitivamente de Colombia porque ese es su compromiso con los altos mandos y dirigentes de la mafia transnacional comunista/socialista.
* Luis Hernando Granada C., Periodista y Publicista con más de 50 años de experiencia, Exsubdirector de la Revista El Congreso y colaborador de varios medios impresos y digitales. Autor de la Novela “El Imperio del terror” y de los libros “¿Y cómo es la vuelta?” y “La gran farsa de la izquierda”, Gestor Cultural del Tolima y Director de los sitios www.visiontolima.com y www.literaturaenlinea.com
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