Escribe: José Gregorio Martínez*.-
La reacción de Nicolás Maduro justo después de divulgado el comunicado de Colombia, México y Brasil demuestra que el régimen se cierra a una posible negociación sin medir el costo político de sus acciones.
“Esta represión no es un camino sostenible ni una señal de fortaleza. Las voces de los votantes venezolanos no serán silenciadas por la represión, la censura o la desinformación”, dijo este jueves 8 de agosto el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de EEUU, Brian Nichols, luego de que el régimen aumentara la represión y la censura tras conocer que Colombia, México y Brasil no avalarán la decisión que en los próximos días anunciará el TSJ.
El aumento de la represión y la censura en las últimas horas en Venezuela sin que haya manifestaciones en las calles evidencia que el régimen de Nicolás Maduro se siente arrinconado. No es casualidad que el arresto de dirigentes opositores como Williams Dávila y Américo De Grazia sin respetar el debido proceso y el anuncio del bloqueo a la plataforma X ocurrieran inmediatamente después de que los cancilleres de Colombia, México y Brasil divulgaran un comunicado en el que adelantan que no avalarán la decisión que tome el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) dominado por el chavismo sobre las elecciones, ya que “parten de la premisa de que el CNE es el órgano al que le corresponde, por mandato legal, la divulgación transparente de los resultados electorales”.
Nicolás Maduro se refugió en el máximo tribunal de la nación a su servicio para librar al Consejo Nacional Electoral de la obligación de publicar las actas y los resultados desagregados y esperaba con esa sentencia que se emitirá en los próximos días convencer al menos a una parte de la comunidad internacional de su supuesto triunfo o de repetir las elecciones, según las dos opciones que estarían considerando en la Sala Electoral. Con el aval de los gobiernos de Colombia, México y Brasil, y la mediación de este último para conseguir el reconocimiento de Estados Unidos, le bastaba a Maduro para escapar del callejón sin salida en el que se metió, pero no contaba con el comunicado divulgado este jueves 8 de agosto por los cancilleres de estos países, quienes “consideran fundamental la presentación por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE) de los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 desglosados por mesa de votación”, desestimando el proceso que Maduro inició ante el TSJ.
Esto sin duda generó preocupación en Miraflores. La represión y la censura en las últimas horas son prueba de ello. El régimen subió el tono a tal punto que ameritó la inmediata respuesta de Estados Unidos. El subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, dijo este jueves en la noche en su cuenta de X que “esta represión no es un camino sostenible ni una señal de fortaleza. Las voces de los votantes venezolanos no serán silenciadas por la represión, la censura o la desinformación”.
¿Rebelión en la granja?
La reacción de Maduro justo después de divulgado el comunicado de Colombia, México y Brasil demuestra que el régimen se cierra a una posible negociación, que según publicó The Economist habría llegado al punto de EE. UU. ofrecerle “lo que quiera”, incluso no pedir su extradición, a cambio de que acepte su derrota y entregue el poder. Por el contrario, en Miraflores parecen atrincherarse hasta el punto de no medir el costo político de llenar las cárceles de opositores y dejar a la población totalmente incomunicada. “El mundo está observando”, le advierte Nichols, quien también expone cómo esta respuesta solo evidencia debilidad.
Mientras tanto, dentro del propio chavismo aumentan las voces que llaman a la cordura, como el caso del actual embajador de Venezuela en México, Francisco Arias Cárdenas, quien pidió en un artículo de opinión titulado La paz es la verdad y el respeto, la “aplicación urgente y plena de la ley electoral para que se confirme, con actas y auditorías inobjetables, el triunfo que asignó el CNE al presidente Maduro”.
Esto demuestra que la pérdida del apoyo incondicional de aliados ideológicos en la región y la rebelión interna en la granja hacen tanto ruido que el chavismo, que ha intentado –sin éxito– imponer una verdad orwelliana en las redes sociales con sus cuadros políticos, analistas tarifados, influencers y bots, prefiere encerrarse en su laberinto y no escuchar ni el eco de sus más fieles aduladores.
* José Gregorio Martínez, Periodista venezolano dedicado a las fuentes de Política y Economía. Editor jefe de PanAm Post. Experiencia previa en medios como NTN24, El Mundo Economía & Negocios, Diario La Verdad y Globovisión.