Escribe: Sebastián Osorio Idárraga.-
Migrantes llegan a los campamentos instalados por el ejército panameño en Lajas Blancas, provincia de Darién, Panamá. (Bloomberg/Jonathan Alpeyrie)
La migración venezolana no se detendrá en América Latina, según expertos consultados por Bloomberg Línea, quienes aseguran que las situaciones geopolíticas crearán nuevas olas que necesitarán especial atención desde el Cono Sur hasta Centroamérica.
El fenómeno migratorio desde Venezuela y de sus ciudadanos que atraviesan buena parte de América Latina estará sujeto a muchas variables en los próximos meses, pero sin duda, la continuidad de Nicolás Maduro en la presidencia será determinante para las decisiones que tomen los venezolanos, quienes podrían tener mayor dificultad para encontrar oportunidades fuera de su país.
La Agencia de la ONU para los Refugiados ha fijado en 7,7 millones el número de personas que han salido de Venezuela en la última década, una migración masiva que se concentra de manera principal en Colombia (2,8 millones), Perú (1,5 millones) y Estados Unidos (545.000 personas). Y aunque la tendencia disminuyó el año pasado, con la salida de medio millón de personas, la victoria de Nicolás Maduro, que certificó el Consejo Nacional Electoral, puede causar nuevas olas de migración en el mediano plazo.
“En el escenario de la reelección de Maduro, es probable que las condiciones actuales de los flujos migratorios se mantengan. Puede que se presenten aumentos en las salidas de aquellas personas que, con la reelección, vean derrumbado su deseo de contar con un gobierno diferente. Sin embargo, también es importante considerar las condiciones de los países a los que los venezolanos puedan migrar”, dijo Donna Cabrera Serrano, antropóloga especializada en migraciones internacionales, docente e investigadora de la Universidad Javeriana en Colombia, a Bloomberg Línea.
La experta es clara en señalar la necesidad de analizar las futuras decisiones migratorias de los venezolanos tanto en función de lo que sucede en Venezuela como en los otros países de la región, pues será necesario evaluar “cómo se establecen y mantienen las relaciones de Maduro” con otros países de la región, lo que resulta “crucial para entender su impacto en temas migratorios”.
Miles de migrantes esperan en fila para abordar un bote en un puerto en Necoclí, departamento de Antioquia, Colombia. Los conflictos políticos en Haití, Cuba y África han enviado una ola de migrantes a Necoclí, abrumando la ciudad mientras intentan para cruzar el Darién a través de Panamá para llegar a la frontera con Estados Unidos.
¿Qué pasará con la migración si la oposición demuestra su victoria?
Tras los comicios del 28 de julio de 2024, la oposición política de Venezuela, en cabeza de Edmundo González y María Corina Machado, ha defendido que los resultados presentados por el CNE, y definidos como una tendencia “irreversible” en la que ganó Nicolás Maduro, no corresponden a la voluntad expresada por el pueblo en las urnas, e incluso, Machado definió a González como“el próximo presidente” del país.
Desde el movimiento político de Machado, se ha asegurado que el exdiplomático González, que figuraba como favorito en las principales encuestas antes de las votaciones, logró la victoria con un 70% de los votos sobre Maduro, teniendo como base las actas de certificación de los comicios que obtuvieron posterior a la jornada del pasado domingo.
Este escenario ha llevado a que diferentes presidentes de la región como Gabriel Boric (Chile), Javier Milei (Argentina), Luis Lacalle Pou (Uruguay), Bernardo Arévalo (Guatemala), y otros, se hayan pronunciado para rechazar los resultados conocidos y exigir a la administración de Maduro transparencia y la posibilidad de verificación internacional certificada sobre las votaciones presidenciales. Pero además, Venezuela rompió relaciones con siete países de la región.
Incluso, gobiernos cercanos a Maduro como el de Lula da Silva (Brasil) y Gustavo Petro (Colombia) han manifestado la necesidad de contar con garantías para el ejercicio democrático, exigiendo la publicación de las actas finales y que estas sean “auditadas por el mundo”, como expresó el canciller colombiano Luis Gilberto Murillo.
Sobre este escenario, Donna Cabrera, experta en migraciones internacionales, destaca que este proceso poselectoral “no será fácil”, pues Venezuela se encuentra en un modelo social y político que ha sido gestionado por personas como Hugo Chávez y Nicolás Maduro, “quienes han estado en el poder durante muchos años y sienten como propio el derecho de seguir gobernando”.
Es así como en un caso hipotético, en el que la oposición logre demostrar la victoria que ha asegurado en conferencias de prensa y redes sociales, la transferencia de poder se podría complicar, pues “podríamos enfrentar un período de transición que no será rápido ni fácil, y que podría estar plagado de conflictos, los cuales la oposición deberá manejar hábilmente”.
Una encuesta realizada por OCR consultores antes de las elecciones concluyó que más del 18% de los venezolanos planearían salir de su país si Maduro resultaba reelecto.
Otro escenario neurálgico es el Darién, ruta usada por venezolanos y otros migrantes para llegar a Centroamérica, México y Estados Unidos. Las recientes decisiones del presidente de Panamá y la financiación de deportaciones por parte de Estados Unidos influyen en la elección de rutas migratorias, pudiendo llevar a que se busquen alternativas más seguras, aunque igual de riesgosas, como la ruta de San Andrés a Nicaragua.
La situación de otros países de LatAm deja a los migrantes venezolanos a la deriva. Para Cabrera, consultada por este medio, las nuevas decisiones migratorias también se basarán en la situación de los países a los que han llegado los venezolanos. “Tenemos cifras recientes de la plataforma R4V que muestran un incremento en las salidas de venezolanos de Ecuador debido a la situación sociopolítica de ese país. También se han reportado salidas desde Argentina”, explicó. Y agregó: “La situación política, social y económica en Venezuela debe leerse en clave de lo que sucede en los países de la región donde están o por los que transitan los venezolanos”.
Pero además, si la oposición lograra revertir los resultados, la experta tampoco cree que el retorno de venezolanos sea un fenómeno ágil. Esto dependerá de las mejoras económicas que se vean en el mediano y largo plazo, y se consolidará con retornos temporales al país mientras se mantiene la residencia habitual en el extranjero, con el fin de tener información más detallada sobre la situación del país.
El “neurálgico” Tapón del Darién y sus riesgos persistentes
El pasado 3 de julio, tras tomar posesión como presidente de Panamá, José Raúl Mulino ordenó cerrar tres pasos fronterizos no autorizados en el Tapón del Darién, una región selvática que separa a Colombia de Panamá, y que está siendo utilizada por migrantes venezolanos, ecuatorianos y algunos centroamericanos, principalmente, para cruzar a Centroamérica y después a Estados Unidos.
Sin embargo, para la consultora Control Risks, es “poco probable” que la decisión de Mulino disuada al creciente número de migrantes sudamericanos que se dirigen al norte, de acuerdo con un informe compartido a Bloomberg Línea.
En lo que va de 2024, por lo menos 216.000 migrantes han cruzado la selva del Darién, según los datos del Servicio Nacional de Migración de Panamá. Entre 2022 y 2023, más de 520.000 personas emprendieron este peligroso viaje.
Para la consultora, los cierres de estas rutas en la selva seguirán dejando vulnerables a los migrantes frente a la delincuencia organizada, que se ha aprovechado de esta ola migratoria por el Darién a través del control de las rutas y cobros por cruzarlas, fortaleciendo sus finanzas.
“Es poco probable que el cierre de tres pasos fronterizos a lo largo del Tapón del Darién disuada a los migrantes. En su lugar, creará nuevas rutas aéreas y marítimas desde Colombia hacia Centroamérica. La actual “ruta sin selva” desde Medellín (Antioquia) o Buenaventura (departamento del Valle del Cauca) hasta Juradó (Chocó), y luego a Panamá, probablemente se volverá cada vez más popular”, precisa el texto. Además, se señala una ruta alternativa desde la isla caribeña de San Andrés hasta Nicaragua, históricamente utilizada por “los traficantes de drogas”.
Por último, Donna Cabrera explicó que necesitarán especial atención los corredores migratorios que se desarrollen en el cono sur y desde América del Sur a Centroamérica, y que tienen como destino Estados Unidos.
“Es clave considerar lo que sucede entre Venezuela y Brasil y lo que pueda verse hacia los países del Caribe como Trinidad y Tobago, Aruba y Curazao”, finalizó.
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