Escribe: Luis Hernando Granada C.*.-
Cuando el psicópata Gustavo Petro inició su campaña, incluso mucho tiempo antes de lo que permite la Ley, se escucharon las voces, no de sabios, pero sí de personas que analizaban la situación, o de seres que algo de historia conocían y que sabían, que si este energúmeno llegaba al poder, Colombia se convertiría en una Cuba o una Venezuela, para no citar sino dos países.
El canta autor Juanes, dijo públicamente: “La izquierda es una mierda”, refiriéndose en ese momento a la posibilidad de que Petro llegara al poder. Otras voces, aunque no tan públicamente, hacían comentarios refiriéndose a lo mismo, pero el psicópata compró la presidencia, superando los topes de campaña y utilizando cualquier cantidad de artimañas, como poner a votar a más de un millón de muertos y a más de 700 jóvenes que por diversas razones no habían reclamado su cédula de ciudadanía.
El poder de la mentira
Apoyado, patrocinado y aleccionado por la mafia transnacional comunista/socialista, como la China comunista, el Foro de Sao Paulo, además de grupos al margen de la ley como el eln, las farc, el clan del golfo, las guardias indígenas y la primera línea, todos ellos, bárbaros y criminales en potencia, finalmente es declarado vencedor; un vencedor de mentira, que llegó a la Casa de Nariño, ofreciendo un cambio.
Primero, aprovechó el caos, creado por el camarada Chucky Santos, que como ministro de Defensa de Álvaro Uribe, se encargó de crear los falsos positivos, para desprestigiar a Uribe y su gobierno, durante su segundo mandato.
De esa forma y con la farsa de la rendición de las farc, el camarada Chucky le iba abriendo el camino al psicópata, porque eso le sirvió para lanzarse como candidato de la izquierda, siendo derrotado por Iván Duque Márquez.
Pero el psicópata, obedeciendo el mandato oculto de la mafia transnacional comunista/socialista, seguía empeñado en llegar al poder, para lo cual organizó lo que podemos llamar sus “colectivos petristas”, integrados por delincuentes, guerrilleros, narcotraficantes, estudiantes mamertos, sindicalistas y otra serie de personajes siniestros.
La promesa del cambio… siniestro
Colombia venía en crisis; a Duque le tocó enfrentar la pandemia lanzada al planeta por la China comunista, pero aun así, y a pesar del desfalco financiero creado por el camarada Chucky Santos, el pueblo tenía trabajo, podía alimentarse, viajar tranquilamente, sufragar sus gastos más apremiantes y vivir, al menos más tranquilos. Pero el psicópata aprovechó la crisis para empezar con su campaña, porque aún no repuestos de la pandemia china, cuando el ministro de Hacienda de Duque, habló de una Reforma Tributaria de $15 billones, el psicópata le garantizó al pueblo que en su “gobierno” no habría más impuestos. Falso, porque el pueblo, hoy en día, está asfixiado por los nuevos gravámenes y la carestía ocasionada por la reforma tributaria petrista muy por encima de la que había anunciado Carrasquilla en el gobierno Duque.
Por estos días, el psicópata anunció que “no hay dinero para nada” y “que todos los gastos debían congelarse”.
¿Es posible que en un país inmensamente rico como Colombia, se llegue a una crisis como la que vivimos? Claro que sí; en un “gobierno” regido por un psicópata, todo lo malo es posible. Despilfarra dinero en sus viajes sin sentido; permite que una de sus últimas “esposas” también lo haga; se inventa un ministerio de la igualdad con más de 700 funcionarios buenos para nada, porque en dos años ni siquiera ha presentado un solo proyecto de ley; autoriza el transporte en helicóptero oficial a dona Rancia Márquez; permite que sus secuaces se roben el dinero del presupuesto nacional; se gasta y reparte una fortuna enmermelando a congresistas; patrocina la pauta oficial para difundir su publicidad engañosa, porque nada de lo que anuncian en tales cuñas es verdad…. ¿Y cuánto le valen al pueblo las criminales petro reformas, los mal llamados “diálogos de paz” que no tienen razón de ser porque un gobernante serio y responsable no tiene por qué hacer tratos con criminales y menos, concederles prebendas y beneficios?
Pero según él, “no hay dinero”. ¿Por qué no reduce el gasto publico teniendo en cuenta que el pueblo está pagando, con sus impuestos, una serie de vagos en el Congreso y que además, acaban de recibir más de $10 millones de pesos mensualmente y con retroactividad?
¿Si realmente no hay dinero, por qué no hace recupera las caletas de las farc, el eln y otros grupos criminales?… ¿Será porque son sus secuaces con los cuales está formando sus colectivos petristas?… ¿Si realmente no hay dinero por qué no acaba con el ministerio de la igualdad que no ha servido para nada, o por qué no liquida de una vez por todas con el bodrio anticonstitucional llamado JEP, que solo sirve para actuar con impunidad con los verdaderos criminales que han sembrado el terror en Colombia y que solo juzga y condena a policías y militares?
Colombia es un país inmensamente rico, pero el psicópata Petro y sus secuaces lo están saqueando cínica y descaradamente. Por donde quiera que usted transite, va a encontrar riquezas: esmeraldas, petróleo, agricultura, fuentes hídricas, carbón, café, floricultura, ganadería, hidrocarburos, oro, coltán, titanio, madera, fauna, flora, y en fin, riquezas, las cuales, poco a poco el psicópata viene acabando como sucede con el petróleo, con el carbón, cuya exportación a Israel acaba de suspender. Pero igual, quiere apoderarse de la Federación Nacional de Cafeteros y con los productores de cacao.
La izquierda, el socialismo, el comunismo, el progresismo, o como le quieran llamar, es una plaga depredadora, comandada siempre por un genocida.
No es asesino solo aquel que le quita la vida a otro con cuchillo en mano o un arma de fuego; genocida es todo aquel gobernante o jefe de una colectividad que acosa y acorrala con impuestos y reformas criminales a sus gobernados. Con justa razón Javier Milei, presidente de Argentina, dijo públicamente que Petro era un “comunista asesino”.
Hoy Colombia, tal como lo cité en mi libro “La gran farsa de la izquierda” va rumbo a una dictadura. El país está en manos de las milicias de Petro: las guardias indígenas, campesinas y cimarronas; los grupos que andan pactando la ‘paz total’ y la ‘primera línea’, la misma que por orden de Petro, para desestabilizar el gobierno de Iván Duque, quemó el país en el mal llamado “estallido social” organizado y patrocinado por Petro. Hoy Colombia es un país listo para una dictadura comunista.
Lo que es peor, es que a pesar de que en casi dos años no ha hecho nada positivo por el pueblo colombiano, ahora quiere imponer una reforma constitucional que le permita atornillarse en el poder, tal como lo hizo Fidel Castro en Cuba, Chávez y Maduro en Venezuela, Putin en Rusia y otra recua de psicópatas que han logrado imponer sus dictaduras en varios países donde hablaron del “cambio”. Realmente, al psicópata Petro no se le puede creer nada; todo lo que promete lo convierte en alta traición contra un pueblo que paga las consecuencias, al sostener con sus impuestos a una pandilla de criminales.
Por eso hoy, hasta los mamertos lloran arrepentidos, por haber sido utilizados a través del populismo criminal. Y si Colombia no reacciona, exigiéndole al Congreso de la República y a las altas Cortes, que haga respetar la Ley y la Constitución, Colombia vivirá la misma desgracia que viven hoy aquellos países que han caído en las garras de psicópatas.
* Luis Hernando Granada C., Periodista y Publicista con más de 50 años de experiencia,
Exsubdirector de la Revista El Congreso y colaborador de varios medios impresos y digitales.
Autor de la Novela “El Imperio del terror” y de los libros “¿Y cómo es la vuelta?” y “La gran farsa de la izquierda”. Director de los sitios www.visiondeltolima.com y www.literaturaenlinea.com y Gestor Cultural del Tolima.
E-mail: visiontolima@hotmail.com